No había tiempo para pensar, ahora sólo era actuar.
Tomé todo el aire que pude pasar a mis pulmones y lo retuve, la puerta era de cristal pero tenían persianas más no encontré el cordón para abrirlas y así mirar con que nos enfrentaríamos.
— A-Xuan, dame tu navaja.
Él sólo lloraba y no reaccionaba, suspiro y busco en sus bolsillos hasta que la encuentro.
Unos fuertes alaridos se oyeron detrás de nosotros, pronto la recepción se llenaría de infectados...otra vez.
Sin pensarlo más abrí la puerta y me asomé, no se veía nadie en el patio.
Esto me pareció extraño, ya que la reja estaba completamente cerrada.
¿Dónde estaban todos?
Tenía tomado de la mano a Hao Xuan, con la otra mano sostenía la navaja pero también la mano de Solar, ninguno más se quedaría atrás.
El concreto bajo nuestros pies estaba bañado en sangre y un olor a pudrición inundaba el aire, fuera de la reja podía ver como la gente seguía corriendo y bastantes militares disparaban.
— Chicos, necesito que reaccionen por favor.
Suspiro, estaba claro que se quedarían así un rato.
Llegamos al inicio de las cortas escaleras que conducían al césped.
Todo parecía tranquilo dentro del plantel, no había ruido, y en vez de tranquilizarme, eso me inquietaba más.
Seguí arrastrándolos abajo sin bajar la guardia, aunque dudaba poder defenderlos si nos atacaban.
Aún pensaba donde podían haber ido todos, quizás habían saltado la reja.
Íbamos a la mitad del jardín y la esperanza llegó a mí, claro aún debíamos cruzar la reja y huir de lo que pasaba afuera, pero los militares que disparaban y le decían a la gente a donde debían dirigirse me tranquilizaban un poco.
Seguramente ellos nos cuidarían, no podía pedirles ayuda porque temía que al gritar atrajera a los infectados, además de que seguro no nos oirían.
— Chicos ya casi llegamos — Sonreí.
Todo iba bien, dentro de lo que cabe, pero un rugido hizo que me quedara estático, y luego otro, y otro, hasta que se volvieron incontables.
Giré mi mirada y a la izquierda salían un mínimo de 30 monstruos y a la derecha más de 50.
— ¡Corran!
Les dije pero no lo hicieron, tuve que arrastrarlos con intención de llegar a las rejas.
No llegamos, muchos infectados se pegaron en las rejas, si trepábamos seguro y nos atacarían, tampoco podíamos decirle a los soldados que nos ayudaran, con tanto ruido era imposible que nos escucharan.
La única opción que teníamos era regresar, pero por mala suerte las entradas también se habían saturado, estamos rodeados.
Los infectados empezaron a caminar rápidamente a nuestra dirección.
No podía rendirme tan fácilmente, no podía dejar que acabasen con la vida de XuanXuan por mi culpa, yo era el culpable de todo esto, de que Zhuo Cheng y Yubin no estuvieran y quien sabe si están vivos, solo espero que sí, también soy el culpable de que la chica que buscaba a Solar no viniese con nosotros, de que Solar no supiera que la buscaba, y ahora, de que los tres íbamos a morir de una de las maneras más crueles que me podía imaginar.
Todo por mi estúpido plan, seguro y había otra salida, ir por la puerta principal era la idea más tonta seguro.
Las lágrimas salieron de mis ojos, no había salida.
Me tiré de rodillas al suelo junto con Solar y Hao Xuan, estos aún estaban en su trance y ahora lo agradecía, no sufrirían lo que nos pasaría, los abracé fuertemente esperando a que literalmente, nos hicieran pedazos.
Esto seguramente dolería.
Los gruñidos aumentaron y empecé a temblar con fuerza.
— Zhannie, ¿Qué pasa?
Hao Xuan parecía haber despertado de un sueño, ya que me veía confundido.
Me sentí desfallecer, justo ahora tenía que reaccionar, justo cuando íbamos a morir.
Me miró confundido y luego su cara se deformó, y empezó a gritar.
— ¡ZHAN, INFECTADOS!
Señaló a todos lados, yo sólo lo abracé pero el se retorcía intentando levantarse.
— Basta Hao Xuan, no hay salida.
Me miró con terror en los ojos y lágrimas cayendo de estos.
— XuanXuan, te quiero tanto...
— ZhanZhan...
No lo soporté, solloce como nunca lo había hecho, Hao Xuan me tomó de la mejilla.
— Esta bien.
Asentí y lo abracé con fuerza esperando lo inevitable...
Más un fuerte rechinido hizo que me sobresaltara.
Ambos volteamos y a unos metros una camioneta atropellaba a todos los infectados a poco más de 10 metros.
Derrapó en el césped y se detuvo, por la ventanilla nos habló un chico, era Yubin.
— ¡Qué esperan suban!
Sacudí mi cabeza y rápidamente me levanté del suelo junto a
A-Xuan y Solar, me acerqué a la puerta trasera, la abrí para después hacer que ambos subieran.— ¡Rápido que ya casi llegan!
Inevitablemente mi cabeza volteó hacia atrás, y efectivamente los infectados estaban a menos de 5 metros de mí, subí en un segundo y cerré la puerta.
En cuanto esto pasó aceleraron derrapando en el suelo.
Avanzaron unos cuantos metros llegando al tope de la reja pero sin tocarla.
— ¿Trajiste las llaves Cheng? — en respuesta asintió.
Ahora que me daba cuenta, en la camioneta iban dos personas más aparte de Yubin, las cuales eran Cheng y una chica que reconocía, era la amiga de Solar.
Zhuo Cheng y la otra chica bajaron de la camioneta.
Ella daba batazos a las manos de los infectados para que no lo rasguñasen mientras él quitaba el candado de la puerta.
Cuando lo hizo inmediatamente corrieron a la camioneta y Yubin arrancó.
Atropelló a todos los infectados que estaban a su paso y avanzó hacia la carretera.
Parecía que las cosas se habían calmado un poco, ya no había personas manejando autos y además de nosotros, no había ninguna otra persona viva en las calles, los militares se habían ido con la gente que fue posible rescatar.
Todos en el lugar están en total silencio, ya habíamos avanzado un poco más de cien metros y parecía que las cosas se habían calmado.
— Solar...
La voz de la chica los desconcentró a todos, veía al asiento trasero con lágrimas en los ojos.
— Bebé sabía que estabas bien.
Solar pareció, al igual que Hao Xuan hace un momento, despertar de un sueño.
— ¿Xuan Lu?
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DNA "Ahora Está En Tu ADN" "YIZHAN"❤💚
RandomUn virus atacó China mientras Xiao Zhan estudiaba tranquilamente en los dormitorios de su universidad, ahora él y unos supervivientes de la misma escuela tendrán que luchar por mantenerse con vida. Wang Yibo, un huérfano que ha quedado con ceguera t...