Epílogo

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Nota antes de leer: Ya está disponible en mi perfil el libro de John, para las que estaban ansiosas de leerlo. Las actualizaciones serán igual que siempre.

Nota 2: este libro tendrá extras y sabremos más sobre Heiner y Chiara. Y si tienen inquietudes no duden en escribirme por privado, al Instagram o por WhatsApp.

Sin más nada que decir, espero que disfruten el epílogo. Les amo.

...

Siete años después.

Heiner.

—¿Estamos seguros de esto? —pregunto. Es la primera vez que me han pillado nervioso.

—Yo lo estoy. Tú deberías estarlo. Comenzar esta etapa será una responsabilidad de ambos. Dejar de lado las fiestas, el alcohol y también el tabaco —advierte—. Si esta prueba sale positiva, una nueva vida debemos crear.

—Estoy feliz por esto, Erdbeere. Solo estoy nervioso, nada más. Hemos planeado este momento por mucho tiempo, ¿vale? No caigamos ahora.

Asiente, y una sonrisa vuelve aparecer en su rostro.

Esto es algo nuevo para nosotros. Hemos vivido tantos años juntos que... la sola idea de tener que compartirla con una versión pequeña de ambos, me perturba un poco. Pero luego de pensarlo por algunas semanas, nos dimos cuenta lo mucho que anhelamos una familia y lo fascinante que sería experimentar esta faceta como padres. Planeamos y fuimos a cientos de doctores hasta que al fin, al haber pasado un poco menos de dos meses, sabremos los resultados.

Chiara se siente feliz, plena. Ha estado muy ilusionada y aunque aveces los nervios la traicionan, hace lo posible por ser fuerte.

Mi mujer se ve tan increíble que no puedo esperar a que esto pase rápido, verla con un vientre más relleno, y regocijarme al saber que me dará mi primer hijo.

«Siempre fue ella»

Nunca tuve prisa al pensar o imaginar tener un hijo, pero con Chiara siempre lo pensé, incluso cuando nos conocimos. Si no hubiera sido tan joven en ese momento, habría aprovechado cada oportunidad.

Chiara me mira con esos ojos tan chispeantes, ahora llenos de esperanzas y nervios.

«Quiere ser mamá»

Yo también quiero formar una familia. Sin embargo, no es una decisión que tomamos de un día para otro.

Ella simplemente, luego de tener sexo me miró con intriga y susurró:

"—Quiero tener un bebé".

Yo, por supuesto que la complací como he hecho estos últimos ocho años, pero antes de eso tuvimos una larga charla para saber cómo funcionaban las cosas. Ser padres no es algo para tomar a la ligera.

Mi caprichosa terminó saliéndose con la suya, ahora estamos esperando una jodida prueba de embarazo, gracias a las dudas que ha dejado su retraso de tres semanas.

Ella reposa en mis piernas, sentada a horcajadas, sin dejar de mirarme.

—¿Que nombre tendría nuestro bebé en caso de ser niño? —pregunta, rompiendo el silencio.

—Santiago u Alex —respondo sin titubear—. Son nombres poderosos.

Santiago Weber es mi abuelo, un hombre respetable y poderoso. Su nombre ha dejado muy en alto la familia y prometí que mi primer hijo llevaría su nombre.

Más allá de una caricia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora