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Tenían doce horas caminando y sus cuerpos no daban más, Wooyoung había hecho hasta lo imposible por conseguir más recursos, San había tomado las últimas botellas de agua y su grupo moría de sed. Les había repartido a su grupo su última munición de comida sintiendo su estómago retorcerse por el hambre.

—El general Choi debe estar feliz, siempre se queda con las mejores municiones. —Yunho recriminó con amargura.

—Eso es por su categoría. —Respondió Seonghwa mientras intentaba prender la fogata.

Choi San tenía el privilegio de categoría alfa y siempre recibían las mejores atenciones para cumplir con las misiones, se había ganado su puesto a lo largo de los años. Siempre obtuvo los mejores puestos y destacaba por su increíble estrategia a la hora de hacer cumplir sus misiones.

Las categorías se daban para poder destacar el nivel de liderazgo y trabajo grupal, Choi San siempre destacaba en el mural de mejor desempeño junto a su grupo, sector rojo, nombre que a todos infringía respeto. No había nadie que no mirara en su dirección, durante sus prácticas abiertas el estadio se llenaba, algunos iban para tratar de aprender de su forma de trabajo, otros por el atractivo que destacaba del general Choi o también por el de sus integrantes, entre ellos dos mujeres de temer pero belleza encantadora y dos hombres de mirada seria que desbordaban respeto hacia su general.

—Sector rojo mis bolas, que nombre tan estúpido —Mingi comentó mientras curaba sus heridas, de todos era el más orgulloso y de carácter explosivo—, son unos mimados, pasan por encima de todos como les da la gana. Vamos a ganar esta vez, tengo un buen presentimiento.

Wooyoung sonrió, escuchaba todo intentando pensar en sacarlos a todos con vida, agradecía no sentirse solo.

—Vengan aquí. —Dijo con voz calma.

Todos obedecieron sentándose cerca, su escuadrón apenas había iniciado un año atrás y su avance había sido lento, pero todos entendían perfectamente.

Wooyoung de todos los líderes dentro de la unidad era el único que no contaba con una descendencia galardonada, su apellido no significaba nada a lado de los generales Choi, Lee o Min, el puesto que tenía lo consiguió de llenar solicitudes y pasar por muchas pruebas, logró pasar raspando todas las evaluaciones, su escuadrón estaba formado de los que en un inicio consideraron los menos eficientes y entre todos los llamaban "las sobras".

Miradas arrogantes, esas las conocían a la perfección. Ninguno de los generales les dirigía la mirada, pese a todo ellos siempre caminaban seguros por los pasillos, Wooyoung les enseñó a jamás bajar la mirada, que su paso sería lento pero que algún día conseguirían el galardón dorado.

—Sé que están cansados, sé que la comida nos hace falta —Todos lo miraban con determinación—, pero no podemos quedarnos aquí por mucho, todos deben estar descansando ahora, tienen ese privilegio, saben que saldrán de aquí sin problemas.

—Malditos generales. —Mingi dijo con amargura.

Wooyoung únicamente suspiró.

—Nosotros no podemos darnos ese lujo, lo lamento por sus sueños, hoy no dormirán, vamos a tomar ventaja de su costumbre por dar las cosas por sentado. ¿Dónde está la otra linterna? —preguntó a Jongho esperando poder dividirse en dos grupos.

—Yeosang —Jongho dijo con tristeza—, me la quitó tan pronto nos dijeron que la misión empezaba.

—No te preocupes Jongho. Estaremos bien. —Todos asintieron.

Algo que habían aprendido a hacer era a confiar en Wooyoung, primero porque era su única forma de quedarse, luego se dieron cuenta que si no fuera por Wooyoung no estarían allí, mensualmente retiraban a los que obtuvieran el puntaje más bajo, pese a cualquier cosa Wooyoung había logrado que jamás ocuparán el puesto, sinembargo lo rozaban, pero era de milagro.

V. A. T. (Sanwoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora