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Wooyoung recibió dos buenas noticias el segundo día en la base, la primera era que su segunda muestra estaba en camino, nuevamente se enfrentaría a intentar germinar un tomate, rio de recordar su primera vez, esperaba lograr algo con la nueva muestra.

La segunda noticia era que los logos llegarían en tan solo tres días, la madre de Yunho se había emocionado muchísimo al recibir de Yunho una carta con el diseño escogido, tan pronto lo acabaría se los llevaría.

Era increíble ver que las cosas se dieran de buena forma.

Lamentablemente por otro lado recibió los días de batalla que tendrían, todo estaba previsto para tener que combatir con Águila Dorada en unos dias y enfrentaría a Sector Rojo al final de la semana.

La meta era demostrar la capacidad del grupo, al ser cuatro las cosas serían más complicadas, incluso si quisiera aumentar un miembro más eso era imposible, los recursos que les daban aseguraban ellos que eran exactos, Wooyoung supo leer entre líneas, por lo bajo Secto rojo y Águila dorada tenían muchos contactos, y él por supuesto ninguno.

Las clases empezaron, ya todos los escuadrones tenían sus uniformes, los generales caminaban con mucha seguridad con algún distintivo entre los colores.

San llegó con el maestro, Wooyoung mantenía su vista en un libro.

—Siéntense donde desee general Choi. —Le dijo el maestro.

San de inmediato se dirigió a Wooyoung, el general Jung no se inmutó, se sentó a su lado con una mirada calmada, ambos se encontraban en la parte de adelante, algunos generales llegaron tarde debido a la entrega de horarios tardía.

La clase enmudeció al empezar las clases, Wooyoung anotaba lo que le parecía importante en una libreta pequeña y San solo escuchaba la clase en calma, por primera vez se sentaban juntos.

Al finalizar esta Wooyoung se fue como si nada, nuevamente lo vio ignorarlo, no lo entendía, si los habían visto comer a la hora del almuerzo juntos.

Wooyoung se encontró con los de su equipo en su nuevo lugar de entrenamiento, todos lo esperaban en la puerta a la expectativa de lo que hubiese adentro.

—¿Listos? —les preguntó introduciendo la llave.

—¡Sí!, ¡Sí! Maldita sea ¡Sí! —dijo Mingi apretando el brazo de Yunho emocionado.

—¡Mingi! ¡Ya! No me toques —Dijo Yunho sobando su brazo después del infernal dolor que este le hizo sentir.

Wooyoung negó con la cabeza antes de abrirles la puerta con una sonrisa.

—Todo suyo. —les dijo.

Todos entraron y de inmediato empezaron a tocar todo, en efecto era todo nuevo, el espacio era enorme y todo se miraba increíblemente limpio.

—¿Cómo conseguimos esto? —dijo Jongho con una sonrisa.

—Pues digamos que el haber ganado venía con ciertos privilegios. La base nos lo otorgó y aunque no lo crean podríamos tener patrocinadores en no tanto tiempo.

—¿Patrocinadores? ¡Já! Esas cosas son para los niños bonitos, no iré a modelar calzones como el general Choi. —dijo Mingi cargando una de las armas.

—El hace eso y tiene a todas las mujeres detrás suyo, si nosotros lo hacemos a lo mucho conseguiremos ancianos que nos paguen por podar su césped. No gracias. —Dijo Yunho calentando.

—Nunca creí que dirían algo así —Dijo Wooyoung riendo—, ¿en serio tan mal estamos?

—Yo me pagaría por no ver mi propio rostro, así de mal mi estimado general. —Dijo Mingi divertido.

V. A. T. (Sanwoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora