V. A. T. (Sanwoo)

30

La mañana llegó y Wooyoung se retiró a su habitación. Grande fue su sorpresa al encontrarse al general Kim con una sonrisa en su puerta.

—Deseo hablar con usted. —le dijo con una mirada que indicaba saber todo.

Wooyoung suspiró antes de seguirlo al centro de entrenamiento de Águila dorada, caminaron al fondo hasta la considerada oficina del general Kim. Wooyoung suspiró pensando en las mil formas que querría sobornarlo o buscar hacerse daño.

Ambos se sentaron y para su sorpresa Hongjoong lucía muy calmado en frente suyo. Ambos se quedaron en silencio por unos segundos antes de que el general Kim empezará a hablar.

—Sé que tiene una relación, usted y el general Choi. —dijo Hongjoong con una sonrisa.

Wooyoung sintió pánico por un momento pero sabía que debía manejarlo con seriedad pues en definitiva representaba peligro.

—Tranquilicese Jung —habló con voz calmada el general Kim—, si piensa que lo primero que haré será acusarlo está en un error, no voy a decirle nada a nadie pero creo que sí hay algo que quisiera compartir con usted.

Wooyoung se mantuvo con una mirada aún sería, no quería comentar nada hasta saber que planeaba.

—¿Alguna vez se preguntó porque quiero tan desesperadamente ir para el otro lado? —dijo por primera vez para los oídos de Wooyoung con una voz muy seria.

—Todo lo que ha mencionado sobre el tema es que los odia. —Contestó Wooyoung mirando con fijeza a este.

Hubo un largo silencio antes de que Hongjoong empezara a hablar con voz cansada.

—Voy a compartir con usted algo que quizas es demasiado personal pero voy a decidir arriesgarme —Wooyoung lo miró con intriga pero se mantuvo atento—. La última mision la gané con mi equipo, el "galardón dorado" —dijo con un poco de desprecio—. Mi equipo y yo, en aquellas épocas éramos entusiastas y al igual que usted y su grupo no recibimos ningún privilegio al entrar a la base. Éramos cinco, y aunque le cueste creerlo todos ellos se llevaban mi respeto y cariño, sé que como líder usted me desprecia y créame que entiendo sus razones para hacerlo pero le puedo asegurar que hubo un momento en la que mis intenciones para todo eran nobles, aportar a la humanidad, querer tener todo lo que alguna vez fue unidad incluso con la parte del planeta que lo tiene todo en cuestión natural.

Wooyoung escuchaba y por primera vez la voz de Hongjoong no le parecía lo más irritante que podía existir.

—Uno —suspiró un tanto incomodo por todo lo que tendría que recordar—, uno de los integrantes de mi grupo se llevó mi amor de forma irremediable, él —sonrió, por primera vez una sonrisa honesta y llena de un sentimiento que a Wooyoung le costó mucho creer que este tenía— era una persona encantadora, en mi grupo representaba el lado intelectual, siempre sabía de todo, era mi mano derecha y con él consultaba absolutamente todo lo que en las misiones me parecía extraño. Lo amé por dos años en secreto, jamás me atrevía a decirle cuanto me gustaba y para mi desesperación parecía que de alguna forma todo lo que podía captar su atención eran los libros, me enamoré tanto, Jung, que en un punto pensé que solo debía buscar enamorarlo y llevármelo lejos. Usted, usted me ha desesperado de muchas formas pero creo que la más irritante es recordarme a él, usted me genera sensaciones que en un pasado, antes de tenerlo a mi lado, tuve. La diferencia es que él seguía mis órdenes, era mi amigo y pues con solo preguntarle algo me ganaba toda su atención. Él era libre, Jung, libre a su manera y me dejó amarlo, aunque fuese solo unos años yo pude amarlo frenética e irremediablemente.

—Es extraño el tener esta conversación con usted, es la primera vez que quiero escuchar todo lo que tenga para decir Kim —Dijo Wooyoung con voz calmada.