11

1.4K 130 77
                                    

La despedida fue lenta debido a que ninguno quería irse.

—Los espero en un mes en casa, no es para tanto, solo es un mes. —Les dijo Wooyoung abrazándolos.

—Al fin no tendré que aguantar las tonterías de Mingi. —Dijo Yunho con falso reproche.

—Mañana me extrañarás Jeong, estarás llorando porque nadie te hace reír, y Seonghwa igual. Bueno, a Jongho si lo extrañaré yo. —Dijo Mingi abrazándoce a Jongho.

—Yo te extrañaré mucho Mingi. —le dijo con una cálida sonrisa Jongho.

—¿lo ven? Jongho es el mejor. —Mingi dijo apretando a Jongho.

Yunho solo rio antes de abrazar también a Jongho.

—Los extrañaré a todos. —Dijo Seonghwa con una sonrisa. Mingi se le tiró encima y Jongho lo imitó, Yunho solo se rio y Wooyoung no podía creer que ese año se volvieron mucho más unidos de lo que se imaginó.

Cada uno salió a su destino, Mingi volvió con su familia, estos lo esperaron en casa con mucha emoción pues su personalidad alegre y bromista era lo que se consideraba la alegría de su hogar, su madre lo esperó con los brazos abiertos, Mingi no llegó con las manos vacías, unas flores hermosas llevó en sus manos haciendo a su madre corre a abrazarlo.

—Gracias por todo mamá. —le susurró.

—Mi bebé. —Le dijo aún abrazada a él.

—Ayer ganamos por primera vez. —Le dijo ahora mirándola a los ojos.

Atrás se miraba su hogar, una casa pequeña que era exactamente igual a las de su costado, todas color marrón por la madera y pasto apenas visible.

—Yo lo sabía, sabía que lo harían, el general Jung siempre los estuvo llevando a ello, y ustedes se lo merecen. —dijo la madre con una sonrisa.

—No es por presumir pero fui la clave para todo, verás... —abrazó a su madre antes de contarle como sus increíbles habilidades habían logrado llevarlos a la victoria.

Por otro lado Jongho regresó a casa sorprendiendo a sus hermanos que cada vez lo miraban más grande y robusto, dos pequeños que al abrazarlo fueron cargados con mucha facilidad.

—Jongho. —gritaban los gemelos mientras este les daba vueltas. Los bajó cuando vio a su madre en la cocina moviéndose rápidamente mientras limpiaba y hacía todo.

Su madre le dirigió una mirada dura.

—Al fin volviste, ya organicé todos tus deberes, no creas que por estar de vacaciones vas a dejar de hacer, esa tontería en la que te metiste no es excusa. —le dijo con una mirada filosa.

—Lo haré madre, pero pensé que, no lo sé, te alegraría verme.

—¡Já! Haz lo que te corresponde y veré si es así. —le dijo antes de tomar una olla del piso y empezar a lavarla con furia.

Jongho suspiró pesadamente, los niños se quedaron callados.

—Me cambiaré y vendré a hacer todo. —Dijo sin muchas ganas pues por primera vez esperó a que su madre dejara de actuar de forma cortante.

Los pequeños lo abrazaron en silencio con una sonrisa, eso fue suficiente para sentirse bien recibido en casa. Le daba algo de lástima verlos con esas ropas viejas y sucias, moría porque ganaran el galardón dorado y por fin podría darles una casa digna y muchas cosas.

Su padre había fallecido unos años atrás, lo extrañaba mucho pues gracias a él fue que logró ingresar a la base, este lo apoyaba siempre y quería que fuese de los mejores, su enfermedad no le permitió llegar a verlo ganar pero en definitiva ese logro se lo dedicaba a él, tras muchos reproches de su madre su padre logró imponserse y hacer que Jongho fuera a la base, si no lo hacía todo lo que le quedaba era trabajar en construcción o en alguna fábrica, de esas que habían en enormes proporciones y arruinaban la mitad del planeta que les quedaba, eran esos momentos en los que Jongho pensaba que el humano solo podía volverse más codicioso cuando los recursos se acababan, jamás desaprovechaban, jamás podían perder ellos.

V. A. T. (Sanwoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora