2

1.5K 196 53
                                    

Wooyoung meditaba en lo difícil que estaba siendo hacer todo, aceptaba que San era un alivio para todo el infierno que se formaba en su mente.

Al despertar encontró una nota en su mesa.

"Vendré a verte por la noche amor, descansa hoy, te llevaré algo delicioso"

Río por lo cursi que resultaba ser el tan temido general Choi, frío y directo, amado por los supervisores y promesa de llevar a todos a la victoria, sacar a todos del destino ruin que se pronosticaba, San tenía toda la carga de salvación frente a una sociedad que se había dividido.

Pensó en su forma tan descarada de conquistarlo, San ante sus ojos no era más que alguien que disfrutaba de la atención de los superiores, un tipo que debía tener el ego por encima de todo, un general con el que jamás cruzaría palabra, nada de eso terminó siendo real.

Al principio sentía que las coincidencias con San eran algo irritante, se lo encontraba al entrar a la biblioteca, lo miraba pasar a cada nada por sus entrenamientos, incluso la vez más evidente fue aquella en la que los hizo practicar a media noche y San pasó por allí, cruzaron miradas y Wooyoung no podía entender que demonios hacía allí, lo primero que se le paso por la cabeza era que lo espiaba para acabar con su grupo, que quería encontrarles su punto más débil y eliminarlos de una vez.

Todo terminó por resolverse a mitad de año y estaban por dar una prueba importante, hasta el momento habían procurado tener cuidado sobre sus horas de entrenamiento y se aseguraban de que nadie notara las instalaciones personales que usaban, la mañana siguiente se había recriminado a sí mismo el tener el atrevimiento de meterse con el lugar del general Choi, cuando lo pensó solo meditó que ellos tenían el lugar más cuidado y sería muy útil, aunque fuese solo unos minutos allí seria suficiente.

Se escabulló junto al resto no pensando que a la mañana siguiente seria acusado por este, lo peor fue que procuraron no tocar nada para no dejar evidencia y solo usaron el campo ancho que se aseguraron de limpiar bien.

Lo detestó, en el momento quiso matarlo y no se quedó callado, hizo de ese momento un infierno para el general Choi también, al sentir la humillación de este pensó en por fin expulsar todas las injusticias que tenían con ellos.

Ignoró a San nuevamente haciendo esa pelea un tanto personal con el servicio que repartía las instalaciones cuando el general Choi se metió.

—Será suficiente con que limpie nuestras instalaciones por una semana.

Wooyoung llevaba el fuego en sus ojos, una furia que jamás le vio, ese día San se le quedó viendo con ojos inexpresivos, según Wooyoung pensando en las mil formas de fastidiarlo, pero la realidad de San fue otra, su vista se clavó en lo hermoso de sus ojos y el brillo natural que parecían mostrar, sus cabellos negros y profundos cortados al igual que todos pero extrañamente ante sus ojos era a Wooyoung a quien mejor le daban, sus labios se movían con agresividad al pronunciar cada palabra de odio que tenía guardada al general Choi.

—Les brindaremos una sala más —dijo sin ganas el superior. Si, desde ese día usarían el almacén como una instalación cosa que pese a ser condescendiente Wooyoung aceptó sabiendo que era eso o nada—, sin embargo el general Choi tiene razón, deberán limpiar sus instalaciones toda la semana tras el uso de estas.

Los del equipo de Wooyoung estuvieron apunto de protestar pero San se congeló al ver la rapidez con la que obedecieron a la mirada de Wooyoung, ninguno pronunció palabra, Wooyoung regresó su vista al superior.

—Muchas gracias superior Lee, lo haremos al finalizar sus prácticas durante toda la semana.

San se sorprendió, Wooyoung le parecía cada vez alguien que quería tener más y más cerca. Había hecho todo eso por un motivo, quería que por primera vez Wooyoung se diera cuenta de su existencia.

V. A. T. (Sanwoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora