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La mujer habló atropelladamente y Wooyoung solo reía por lo bajo y le contestaba con amabilidad.

Había una palabra que estas repetían y a Wooyoung se le hizo curiosa.

—No estoy seguro de si te quieren para tener hijos o para tener de novio.

—¿Qué?

—Bueno, en mi idioma es procrear pero puede que aquí sea más como casarse. —dijo Wooyoung divertido pues a él solo le causaba gracia.

—Pues dile que soy tuyo y arregla esa situación. —Dijo San aún incómodo por las miradas que generaba en todas las mujeres que se encontraban alli.

Wooyoung le dijo educadamente que el chico ya tenía un compromiso. Todas automáticamente cambiaron sus rostros.

—Parece que incluso aquí sigues siendo atractivo, pensé que por la cultura podría variar pero es interesante ver que algunas cosas no cambian mucho.

—¿Qué le dijiste? —preguntó al ver que muchas chicas lo miraban como si les hubieran roto el corazón.

—Qué estás comprometido. —dijo con calma.

—Contigo.

—¿Quieres que me maten? —dijo Wooyoung riendo— por supuesto que no iba a decirles eso. Aun no conocemos su cultura del todo, no sabemos si la relación entre dos hombres está bien vista, es mejor guardar apariencias por ahora.

San suspiró pues si bien es cierto que en Misyoro lograba generar miradas en Khuskandai era algo mucho menos sutil, al continuar la caminata por el lugar tres mujeres más le pidieron "casarse" cuyo significado Wooyoung aún no tenía claro.

—¿No te parece bonita su forma de construir sus viviendas? Son todas muy bien acabadas y tienen forma de gotitas de lluvia. —le dijo Wooyoung analizando absolutamente todo y tomando algunas fotos de materiales que encontraba a su paso. Por temor a incomodar a la gente no los fotografiaba, pensaba esperar a tener un poco más de confianza para pedírselos.

—Pues si nos darán una así por la noche me temo que tú y yo vamos a terminar procreando. —Dijo San coquetamente en su oído ganándose una risa de Wooyoung.

—Como digas. —Dijo Wooyoung muy feliz de encontrar muchas cosas a su alrededor. Diferentes tipos de plantas, todas bonitas y de diferentes colores, no podía creer que los frutos estaban a su alcance y si quería podía simplemente tomarlos y comerlos.

Tomaba fotos de las frutas: mandarina, mango, plátano, manzana. Por todos lados tenía esas frutas a su alcance.

San lo observaba y esperaba en cada parada que este tenía y solo sonreía con incomodidad al alguna persona acercarse.

—Las mujeres son muy bonitas aquí ¿no lo crees? —dijo Wooyoung, San quizás habría respondido de forma juguetona recalcando que la belleza de Wooyoung para sus ojos estaba muy por encima de cualquier persona pero la voz de Wooyoung era la que usaba al analizar algo que llamaba su atención.

—Supongo que sí. —dijo San con voz calma.

Wooyoung sacó su libreta y empezó a anotar algunas cosas apoyado en un árbol. San miró la figura de este, la cintura que tenía le encantaba, ver su dorso desnudo le fascinaba pero tambien le generaba muchas otras cosas más. Se colocó detrás suyo para ver los dibujos que había hecho de las casas, los dibujos de este le resultaban bastante detallados.

—Su color de piel es muy bonito, a parte de que en su mayoría tienen ojos grandes y rostro muy fino, me pregunto como cuidarán así su piel, quizás es por su alimentación, es demasiado saludable y quizás eso hace que luzcan tan jóvenes y bonitas. Su cabello también es mucho más brillante. —Terminó de escribir para voltear y chocar con la mirada de San.

V. A. T. (Sanwoo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora