La navidad era algo que quedó por costumbre, un día en el que la vibra general era positiva, y no sólo por eso era algo que todos amaban, la razón principal era la visita de los familiares, un día en la que estos podían estar con sus hijos, podían comer y disfrutar de una única visita.
Todos amanecieron con las intenciones más puras de pasar un día espléndido.
—Mamá va a regañarme cuando vea mi cuarto. —Dijo Mingi con una voz estruendosa no pudiendo ocultar su emoción.
—Quita todos esos posters de mujeres y quizás baje en algo su grito. —Le respondió Yunho.
—Eso sí que no, las nenas antes de todo merecen su lugar. —Mingi dijo comiendo el último pedazo de pan que tenía en manos.
Wooyoung escuchaba las conversaciones de sus compañeros, estaba ansioso por ver a su madre, en una carta le contó de la reciente relación con San.
"...En otras noticia madre, creo que estoy enamorándome.
Quizás te caigas cuando te diga quien es, ¿Recuerdas al general petulante del que te hablé? Ese que te dije que vencería no importando qué. Bueno, no sé cómo decir esto sin sonar ridículo.
Me ha escrito más de cien cartas, cada una más hermosa que la anterior, madre, estoy perdiendo la cabeza por él. Me desespera el tener este sentimiento, no sé que hacer."
Su madre le contestó con sorpresa pero pese a todo le dijo que él era quien escogía que hacer con su vida, que incluso la decisión de estar allí fue suya.
El general Choi por otro lado no lo había comentado con su familia pero sabía que sería una completa sorpresa.
—Padre, madre. —El general Choi saludó con efusividad a sus progenitores. Los abrazó fuertemente.
Ambos vestidos de forma elegante, su padre de quien había sacado el atractivo era solo unos centímetros más alto, llevaba el mismo peinado militar y una mirada que podría parecer arrogante a quien no lo conociera. Por otro lado su madre era una mujer esbelta de piel bien cuidada y un sentido exquisito para vestirse.
—Ya vi que estás en primer puesto, general Choi, estoy orgulloso. —Le dijo su padre sintiendo que San seguía sus pasos.
El mundo militar se volvió lo más alto a lo que se podía llegar cuando las guerras salieron de control, al mundo estar dividido era importante tener una buena base militar en toda familia, la familia Choi había tenido prestigio por las victorias que habían llevado, eran cuatro generaciones de éxitos, San no era una excepción, sus notas altas y éxito en misiones solo demostraba que su talento estaba en la sangre.
—Déjenme mostrarles las instalaciones de "sector rojo".
—Claro que sí, en mis tiempos las instalaciones que nos daban eran las mejores, teníamos armas, ¡ah dios! Que exquisitez recordar, una pared llena de las mejores metralletas de la época, podías escoger lo que quisieras. —Dijo el padre de San emocionado mientras caminaban en dirección al lugar mientras la madre de San le acariciaba con dulzura la cabeza.
—Estás comiendo bien cariño, cuando te traje estabas más delgadito. —Le dijo con voz cálida.
—Siempre como todo, madre, de otra forma no puedo rendir bien.
Daban pisadas cortas cuando en el camino pudo divisar a Wooyoung, tenía mucha curiosidad, hasta el momento Wooyoung no le dijo mucho de su madre además de describirla como alguien cálida y de corazón muy noble, una mujer de carácter fuerte pero con mucho afecto en su voz.
Tras Wooyoung divisó a una mujer mucho más bajita que él, no pudo evitar mostrar sorpresa, la mujer venía del campo eso era seguro, vestía de forma en extremo humilde y llevaba de la mano un niño pequeño cuyas mejillas estaban muy rojas y raspadas. Wooyoung les hablaba pero no alcanzaba a oír lo que decían, se quedó estupefacto pues jamás pasó por su cabeza que se vieran así.

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V. A. T. (Sanwoo)
Aventura"... Lo observo cada día mejorar, cuando camina con seguridad por los pasillos hace mi corazón acelerarse, jamás mira en mi dirección, jamás me da la oportunidad de demostrar lo loco que me tiene por usted, tiene una figura muy esbelta y unos muslos...