Capítulo 4.

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Jisung se había metido en problemas el solo. Ahora mismo se encontraba esperando a que el rey le recibiera para hablar con el sobre el si el príncipe podía tener una mascota. No mentía si decía que le encantaría salir corriendo, pero había hecho una promesa con el joven príncipe, y debía cumplirla.

De pronto, la gran puerta de la Sala de reuniones se abrió.

-Puede pasar joven. -dijo un sirviente que tras dejar pasar a Jisung se retiró-

-Siéntate. -Jisung obedeció y se sentó en el sillón frente al rey, tuvo un pequeño deja vu de su entrevista de trabajo- ¿Que es eso de lo que me tenías que hablar?

-A-amm... Si, eh... Le quería preguntar si... El príncipe podría tener una mascota. -Dijo Jisung tartamudeando-

-¿Una mascota? ¿Que estupidez es esa?

-Verá Majestad... Se ha demostrado que cuando los niños tienen una mascota, como un gato, por ejemplo. Los niños aprenden más rápido el sentido de la responsabilidad, ya que una mascota es una responsabilidad. -el rey continuaba mirándole con esa mirada penetrante que hacia que toda su piel se erizara- También le servirá para demostrar mejor sus emociones, ya que he visto que el comportamiento del príncipe es algo... Reservado.

-¿Acaso está insinuando que la educación que le di a mi hijo fue mala? -Dijo en un tono molesto-

-No, para nada Majestad. Solo estoy diciendo que es posible que, si el príncipe tiene una mascota, su Estado de ánimo pueda mejorar y se convierta en alguien más... Feliz.

-¿Feliz? ¿Acaso no lo es?

-No será muy feliz cuando lo encontré llorando entre los arbustos del jardín. -Después de decir eso, Jisung pensó "Mierda, acabo de cavar mi propia tumba, ¿por que te enfrentas a el, imbécil? "-

-Usted, joven Han, no es nadie para juzgar si mi hijo es feliz o no.

-Lo se Majestad, pero... Si el joven príncipe tiene una mascota, se volverá alguien más responsable, ¿acaso en es eso lo que usted, Majestad quiere?

-Es muy astuto Han... Y tienes agallas, hacia años que un Omega no se enfrentaba a mi de esta manera. -hizo una pausa- Bien... Le permitiré a mi hijo que tenga una mascota. Encarguese de buscar una adecuada para él.

-Esta bien, muchas gracias Majestad. -Jisung se levantó e hizo una reverencia, dispuesto a irse, pero el rey lo detuvo-

-No tan rápido, Han. Si a mi hijo le pasa cualquier cosa por culpa de su estúpida idea de tener una mascota, o su rendimiento académico baja, usted no saldrá vivo de este Palacio.

-Me haré responsable de eso, Majestad. -Dijo, para después hacer una reverencia e irse. En la puerta, se encontraba el joven príncipe, con el gato entre sus brazos-

-¿Y? ¿Que te dijo? -dijo con cierta impaciencia-

-Me dijo que podías tener una mascota.

-¿Enserio? -cuando el príncipe escucho eso, sus ojos se iluminaron, y una brillante sonrisa se posó en sus labios- ¿Como lo conseguisteis?

-Bueno... Simplemente fui muy insistente en eso.

-Muchas gracias profesor, no se como agradecérselo, de verdad.

-No es nada, solo hice lo que creía que era mejor para vos, Alteza. -el príncipe tenía una gran sonrisa en su rostro, mientras acariciaba la suave cabeza de su nueva mascota- Ahora encarguese de que el gato descanse y repose su herida, mañana le revisaré de nuevo la herida, si me lo permitis, claro.

-Esta bien. Muchas gracias de nuevo profesor. -dijo, para después marcharse hacia sus aposentos-

Mientras tanto, Jisung fue de nuevo hacia los jardines del Palacio, comenzando a caminar sin un rumbo fijo, ya que los jardines del Palacio eran inmensos, prácticamente te podías perder en ellos. Mientras caminaba, se permitió oler alguna que otra flor, algunas olían sumamente bien, otras, no tanto. Pero si duda la flor que más le gustaba era la rosa, y para su suerte, el jardín estaba repleto de Rosales de distintos colores, pero su favorita era la rosa roja, siempre le habían encantado.

Tutor privado |Minsung| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora