Ⅴ: Evolución designada

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Día 509

Cuando JungKook percibió la presencia del equipo de rescate, deposito un único y último beso sobre la frente de TaeHyung, y al cerrar sus ojos el domo se fue desintegrando levemente hasta desaparecer y exponer sus cuerpos ante los demás que esperaban por intervenir y estabilizar al pelirrojo que aún no recobraba la consciencia plenamente.

En el momento en que su cuerpo tuvo que ser condicionado a separarse del contrario, a causa de las órdenes que con paciencia y amor eran susurradas por parte de NamJoon, quien encabezaba el grupo que había convocado para responder al aviso emitido por JungKook, el de ojos de fragmentos de cielo, se opuso a desprenderse del cuerpo que con tanto ahínco protegió y resguardo del exterior, que era la principal causa de su estado.

En ese instante la consciencia de Makris no estaba sujeta a las ocurrencias presentes y a la intervención por la que con desespero pidió.

―Déjenme ―manifestó con potencia, sumergido en la desesperación.

Rehén de la preocupación que se adhiere a su ser y desde allí emana la fuerza que necesita para enlazar su flama a la contraria, la cual, sigue unida a la propia, desde el comienzo en que su amor consolidado en una promesa eterna se formó.

Gracias a los hechos ocurridos recientemente, no solo reavivaron la fortaleza de su vínculo, sino el reconocimiento que desde la flama de poder emergía con una fuerza demoledora, para reforzar el enlace que pretendía ser olvidado, y que ambos sostuvieron para ser encontrada una vez más, en un anhelo que transcendía las barreras de sus actos conscientes.

―Kook, necesito que desactives tus defensas y nos dejes acércanos o de lo contrario podrías herirnos y ocasionar una respuesta aún más agresiva ―pronunció NamJoon desde la distancia mínima y segura a la que podía acercarse, para evitar una reacción innata de protección al identificar su acercamiento como un potencial de agresión.

El aquí y el ahora, dos conceptos obsoletos que la psique de JungKook se negaba a mantener, inmerso en un único objetivo que debía cumplir, solamente él fue elegido para darle calma y estabilidad a su opuesto y complemento, TaeHyung D'Angelo, el remanente que activó su mecanismo de defensa como el gran guerrero que era, una reacción impulsada por su centro de poder y estimulada por la concentración de elevados niveles de energía que se liberaron de su cuerpo para rodearlos a ambos, al reconocer erróneamente un posible ataque.

Su reacción obedece al instinto que todo guerrero desarrolla en el entrenamiento al que se someten como parte de la formación básica que cada Celestial debe cumplir con mayor rigor, a partir del periodo de maduración, y para aquellos que decidan continuar con el adiestramiento como integrantes del sistema de defensa, adquirirán mayor destreza y experiencia en combate, así como, distintas habilidades determinadas por el rango que deseen alcanzar.

Y el deseo combativo de JungKook lo impulsó a ser parte de un régimen más agresivo de entrenamiento, hasta desencadenar una respuesta automática de su cuerpo y poder registrar y determinar un posible patrón de amenaza proveniente del blanco identificado.

―A tu lado y contigo, hermano ―mencionó YoonGi al llegar a Titán, apenas fue avisado sobre lo que estaba sucediendo y la implicación de su hermano en una situación que no hacía más que incrementar el riesgo latente.

Un suceso que comenzó a desencadenar ciertas anomalías que suscitaban un desbalance en el equilibrio que se había mantenido hasta la actualidad.

―YoonGi, no te acerques demasiado ―advirtió Roux, viendo el avance del contrario que comenzaba a superar el límite de la zona segura, en donde, el escudo energético del cuerpo de JungKook llegaba y se mantenía a la espera de cualquier indicador para desplegar su respuesta de ataque.

El Monarca de Sangre || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora