Ⅶ: Parálisis vivencial

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Desde el momento en que habían salido del centro de salud, JungKook Makris mantenía un semblante circunspecto que aparentemente reflejaba la tranquilidad en la que estaba sumido o el agotamiento que aún lo mantenía a flote. Está siendo la primera impresión para quien no lo conociera, porque YoonGi que iba a su lado, mientras conducía camino a Eukélade, notaba los sutiles gestos que perturbaban el semblante de su hermano y lo que en su mente lo estuviera incomodando.

En realidad, JungKook estaba inmerso en el control de sus pensamientos y atascado en los últimos acontecimientos que vivió, sembrando mayores dudas, las que ha ido recogiendo en medio de explicaciones parciales e incógnitas cifradas en lo que se le comunicaba. A raíz de la conversación con Seokjin un mayor sentimiento de desesperación incremento en su pecho, remarcando la diferencia que había para acceder a una verdad que se le escapaba entre las manos y se deshacía con velocidad sin permitirle conocer lo que tanto gritaba silenciosamente.

―Kook ¿Algo te pasa? ―preguntó YoonGi para hacer hablar a su hermano que se encontraba en cualquier lugar menos en el presente al interior del auto.

―Sí ―contestó el pelirrubio―. Digo no, es solo que estoy cansado así eso no tenga sentido ―se corrigió porque ni él mismo comprendía lo que le sucedía.

Más que una sensación punzante que se hacía insoportable de ignorar, llamando y pidiendo por atención, porque en lo que Jin le confirmó, entendió que había un origen, una situación que fue la primera pieza en caer y que es el inicio de la revelación que se supone debe ver. Pero desde que salió del centro de salud, buscaba entre sus memorias lo que recientemente sucedió y sólo simples ocurrencias lograba unir.

―¿Es porque nuestros padres o por TaeHyung? ―cuestionó de nuevo manteniendo un avance rápido sobre la carretera.

―¿Qué te hace suponer que estoy pensando en él? ―devolvió la pregunta a su hermano, sin comprender por qué había llegado a esa conclusión.

Luego del oleaje furioso y embravecido que lo sacudió durante un tiempo hasta apaciguar la furia que el pelirrojo despertaba con su sola mención, y después la calma alumbró como un faro abandonado en medio del mar que se levantó con deseos incesantes de una explicación que le diera un sentido lógico a lo acontecido.

Y justo allí, sentado al lado de su hermano y viendo sus ojos avellanas, que siempre lo recibían con una mirada amorosa y comprensiva, entendió que si a YoonGi lo definía una característica esa era la sinceridad, que salía a relucir cuando el momento lo requería.

―El que te hayas escapado de la habitación creyendo que no me daría cuenta dice mucho ―dijo el de orbes avellana con total naturalidad como si lo que dijera no fuese gran cosa.

Pero la reacción de JungKook fue colmada por el asombro absoluto, viéndose atrapado en sus propios actos que creía encubiertos.

―¿Fue por Kylian, cierto? Debí saber que él se pondría en evidencia a la primera pregunta ―rebatió con la gracia formada en una amplia sonrisa al seguir siendo atrapado por su hermano, incluso después de tantos años.

Es la señal que le indica que no ha cambiado en ese aspecto y que sigue siendo tan evidente cuando trata de mentir o definitivamente YoonGi tenía un sexto sentido desarrollado como hermano mayor. Si de él dependiera la respuesta se inclinaría hacia la segunda opción.

―No fue difícil darse cuenta y viendo tu demora fue lo único que logré concluir ―expresó YoonGi.

―Mi demora fue por encontrarme con SeokJin, no te hagas el desentendido hermano ―sentenció con una ceja arriba mientras observaba el perfil contrario.

―Claro pero tardaste más que eso Kook, sabes que no me puedes engañar ―canturreo a la par que ingresaba a Eukélade y comenzaban a avistarse sus singulares terrenos y la naturaleza que hoy vibraba con mayor fuerza por la potencia del sol que con sus rayos anaranjados da vivacidad y calidez.

El Monarca de Sangre || TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora