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—Ma, ¿Por qué a veces tu boca choca contra la de papá y hacen un ruidito? ¿Qué significa eso?— La voz inocente de un niño es lo más hermoso que alguien podría oír. Mauro Monzón, a sus cinco añitos se encontraba con esa duda.

La madre de Mauro soltó una risa demostrando la ternura que la pregunta de su hijo le había causado.

—Oh, mi amor… ¿Viste que yo quiero mucho a papi?— Le respondió acariciando el pelo del pequeño.

Mauro asintió con una sonrisa interesada en las próximas palabras de su madre.

—Bueno, es algo que hacen las personas que se quieren mucho. "Beso".

Las cejas del chico se levantaron en un asombro.

—¿Beso?

—Así se le llama, hijito.

—¿Pero eso no es lo que yo y Tiago te damos en el cachete?

Mónica sonrió.

—Sí, Mau. También se llama así.

—Ahhh, okay.— Sonrió y se bajó de la silla para ir corriendo hacia su habitación. Se encontró con su hermano mayor acostado en la cama mirando la televisión.

Tiago es solo un año mayor que Mauro, suelen pelear pero también suelen ser los hermanos más tiernos del mundo, de verdad se quieren.

—¡Ojo que vengo yo!— Gritó Mauro luego de cerrar la puerta. Corrió y se tiró sobre su hermano para molestarlo.

—¡Auch! ¡No pesas dos kilos Mauro!— Dijo Tiago quejándose.

—Quería preguntarte algo.— Dijo sin salir de arriba, colocándolos cara a cara, pero arriba de él.

—¿Entonces fingo que me importa?—Mauro le pegó en el hombro.—Bueno, hablá.— Dijo después de quejarse por el pequeño golpe.

—¿Alguna vez hiciste eso que hacen papá y mamá?

Tiago lo miró a los ojos abajo suyo.

—¿De qué hablas, Mau?

—Recién le pregunté a mamá que era y me dijo que se llama "beso".— Hizo gesto de confusión.

—Supongo que es lo mismo dar un beso en el cachete y en la boca.

—¿Y alguna vez diste un beso en la boca de alguien? Digo… siempre invitas a tus amigos…

Tiago soltó una risa curiosa.

—No, nunca di un beso en la boca de alguien. ¿Vos? ¿Y por qué me lo preguntas?

—Porque…— Desvió su mirada. —Nunca lo hice. ¿Se sentirá algo distinto?

Las cejas de Tiago se encogieron.

—Lo dudo.

—Mamá me dijo que eso lo hacen las personas que se quieren mucho.— Se rascó la nuca y volvió la vista a los ojos de su hermano.

—¿Y? No estarás…

—Aunque lo neguemos, vos me querés mucho.— Mauro sonrió.

—No, no, no…

—¡Sí! Es que me da mucha curiosidad. ¡Y aparte cumplimos lo que hay que tener para hacerlo!

—¿Por qué no lo intentas con tu osito todo roto?— Dijo Tiago cruzando sus brazos.

—Porque no es lo mismo. Porfa, ¿Qué tiene de malo? Solo es un beso.

—En realidad… creo que no tiene nada de malo.— La vista de Tiago se dirigió a los labios del más pequeño.

One shoots LitiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora