125- Casamiento (2) -125

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Unas horas después, Mauro estaba más calmado, gracias a Tiago. Ambos fueron a la casa del último nombrado e hicieron de todo para distraer al mayor y podér estar tranquilos.

Pero el timbre sonó y Tiago fue a abrir.

-Tiago, llama a Mauro por favor- ¿Quién más iba a ser?

-No está acá Natalia, busca en otro lado.- respondió para cerrar la puerta, pero la mano de la chica se lo impidió.

-No soy pelotuda, sé que está acá, ¿A dónde más se iría si no fuera a la casa de su mejor amigo?

Tiago se quedó sin responder.

-Porque eso son, ¿Cierto? Mejores amigos.

Tiago se rascó la cabeza y no supo que responder.

-Por favor, llamalo Tiago, quiero hablar con él.

-Natalia, Mauro no quiere hablar con nadie. Tiene que pasar un tiempo para que todo esté más tranquilo. ¿Entendés? Yo a vos te entiendo,  por favor, entendeme a mí y a Mau.

-¡Necesito hablar con mi marido!- dió pasos más cerca y de repente Mauro estaba al lado de Tiago.

-No te alteres, podemos hablar bien.- Habló el más grande. -Y no soy tu marido.

-¡Tenés que serlo! ¿¡Por qué me dejaste así!? ¡Yo te amo! ¿¡Por qué me haces esto hijo de puta!?

-¡No le hables así!- Dijo Tiago.

Pero Mauro puso una mano en la cintura de Tiago y le dió una mirada de tranquilidad, todo estaría bien y Mauro estaría bien. Tranquilo Tiago, tu novio va a estar bien.

-Te espero adentro Mau, cualquier cosa llamame.- habló Tiago y se limitó a besar a Mauro, entró al departamento y cerró la puerta.

-¿¡Qué carajo pasa acá!?- Dijo Natalia viendo la forma de tratarse de los chicos.

-No grites porque te juro que llamo a alguien para que te saque, o te saco yo. Habla bien o no hablo una mierda.- Dijo Mauro tratando de sonar lo más calmado posible.

La chica asintió cruzada de brazos y con los labios fruncidos. -Está bien, hablá, explicame que carajo te pasó en la iglesia. ¡Estaba todo bien! Nos íbamos a casar, ¿Por qué lo arruinaste?

Mauro suspiró y se apoyó en la puerta.

-No te amo.

Los ojos de la chica se aguaron automáticamente y más que tristeza su cara demostraba furia, enojo, bronca.

-¿¡No me amas!? ¿¡Por qué!?

-Porque no, Natalia. No me puedo obligar a amarte. Lo intenté, me obligué a ser feliz junto a vos, pero no puedo, no me sale, no sos el amor de mi vida, no me gustas ni te amo. ¿Vos querías la verdad? Puede sonar forro pero acá está.

La chica frunció más fuerte sus labios.

-¡No es una razón! ¿¡Por qué carajo no me amas!?

-¡Porque no y punto!

-¿¡Hay otra!? ¿¡Cierto!?

Mauro frunció y miró hacia arriba.

El gesto de la chica cambió un poco comprendiendo la situación.

-No hay otra, ¡Hay otro! ¡Te estás cogiendo a Tiago!

Mauro no respondió tan rápido, pero en cierto punto se sintió orgulloso de haberlo escondido tan bien.

-¿Necesitas alguna otra razón de porqué no me quise casar? No te amo, amo a otra persona. ¡Punto! ¡Fin de la cuestión Natalia!

La chica comenzó a llorar desconsoladamente.

One shoots LitiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora