155- Niñero -155

835 63 44
                                    

-Hijo, tenemos que hablar.- Dice mi mamá entrando a mi pieza.

Solo la miré un segundo, rápidamente volví mi mirada a mi celular.

-Podrías tocar la puerta.- Dije en tono bajo.

-Sí, tenés razón.- Aclaró su garganta y se acercó a mi cama, donde yo estaba acostado. -Escuchame.- Se sentó en el borde. -Yo sé que pasas mucho tiempo solo porque estoy todo el tiempo trabajando y cuidando a tu abuela, asique

-¿Posta? No me acordaba de que ni te veo.- Mi vista ni se movió de la pantalla.

Ella hizo una pausa y suspiró.

-Ya sé y sabes que siempre te pido perdón por eso. Pero para que ya no estés tan solo... va a venir... una niñera.

La miré y abrí los ojos.

-¿Eh?

-O sea, un niñero, para ser exactos.

-¿Me estás jodiendo?- Apagué el celular. -¡No tengo dos años! ¡Tengo dieciséis!

-No, no te estoy jodiendo, Mauro. Ya sé que tenés dieciséis pero igual sos chico todavía, no tenés ni un poco de responsabilidad sobre vos. En cualquier momento podrías prender fuego la casa y muchas estuviste cerca de hacerlo.

-¡Pero eso no significa que necesite un niñero! ¡Podría aprender a cuidarme solo sin necesidad de un pelotudo que me diga lo que tengo que hacer a cada rato!- La contradecí sentándome en la cama.

-No me grites, soy tu madre, no tu mejor amigo.

Rodé los ojos y suspiré.

-Ma, en serio no hace falta, desde que tengo memoria que no estás nunca en casa y mirame- Me señalé. -Estoy enterito.

Ella sonrió levemente, creí que me iba a entender e iba a desistir de esa estúpida idea.

-Yo sé, amor.- Estiró su brazo y acarició mi mejilla. -Pero es para que vos estés bien y para que yo esté más tranquila de que no te va a pasar nada.

Fruncí los labios y el ceño, me
crucé de brazos y gruñí.

-Injusto.

-La vida no es justa a veces.- Se burló de mí.

Rodé los ojos.

-¿Y quién es? ¿Lo conozco?- Pregunto refiriéndome al estúpido "niñero" ese.

Ella negó con una sonrisa.

-Se llama Tiago, tiene veinte años y es hijo de una vieja amiga mía. Pensé que podría ser una buena opción ya que no es tan mayor y capaz se pueden volver amigos. Lo conozco y es muy responsable y buena persona, te va a caer muy bien, hijo.

-Seguro.- Digo con ironía y me vuelvo a acostar.

-Empieza mañana y va a estar de diez de la mañana a once de la noche.

-¿¡TANTO!?

-Es todo el tiempo que no estoy. Y gracias a mi trabajo, puedo pagarle una cantidad considerable de plata y que valga la pena aguantarte tantas horas, mi amor.- Se levantó de la cama y pegó palmadas en mi cadera en forma de saludo.

-Que linda y dulce. - Le di la espalda y me tapé con la sábana hasta la cabeza demostrando mi enojo.

-Me voy a dormir, hijo del diablo, nos vemos mañana a la noche y ya me contarás cómo te fue con tu nuevo niñero.

-¡Me dormí, no te estoy escuchando!

Ella rió y escuché una puerta, o sea que salió de mi habitación. Lo confirmé destapando mi rostro y suspiré mirando el techo.

One shoots LitiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora