One shoots Litiago

158- ¿Existe "lo correcto"? -158

Mi hermanita y yo vivimos juntos y solos desde hace un par de meses desde que mamá murió.

Nos pegó muy duro, pero por suerte estamos aprendiendo a seguir adelante juntos.

Ella tiene 16 y está en 4to año de la secundaria. Yo tengo 18 y trabajo de todas las cosas posibles para mantenernos.

Ámbar desde siempre dice que quiere tener novio y como está en la edad de que todas sus amiguitas tienen novio, ella está desesperada.

Por eso, un día, (sin avisar) trajo un chico a casa.

Pero yo no sabía que ese chico me cambiaría y movería hasta la estratosfera.

Banquen que cuento todo.

...

Trabajo toda la mañana y vuelvo justo antes que llegue ambi entonces aprovecho siempre para hacerle el almuerzo.

Pero la única diferencia que tuvo este día es que ella vino acompañada…

—Hooola mi amor, ¿Cómo…?— No completé la frase al ver a aquel chico de ojos verdes. —Buenas…— Dije entre sorprendido y confundido.

—Buenas.— Dijo el chico, parecía avergonzado.

—Hola cabeza de termo, él es Mauro, un compañero del salón. Hoy vino para hacer un trabajo, espero no te moleste. —Dijo mientras entraba a casa. —Vení Mau, pasa. Es tu casa.

Ese tal "Mau" entró con bastante timidez a casa y se posicionó al lado de mi hermana.

—Mmm… bueno… bienvenido.— Le dije al chico.

—Gracias.— Respondió y sonrió muy levemente.

—¿Ya está la comida enano?— Me dijo Ámbar.

La quise colgar de un poste de luz.

—Sí… casi, ambi… vení que te quiero decir algo.— La agarré del brazo y la llevé a la cocina.

Entramos.

—¡Ay! ¡Tarado me haces mal!— Soltó tu brazo de mi agarre. —¿Qué querés?

Me acerqué a ella frunciendo los labios.

—¿¡Vos sos joda!?— Exclamé intentando hablar lo más bajo posible. —¿¡Qué te costaba avisarme que traías a alguien, pendeja!?

—¡Es que surgió recién! Perdón, sabía que te iba a enojar.

—No me enojo, pero me hubiera gustado enterarme al menos por un mensajito.

—Tenés razón Tiaguito, perdoname. Ey… creo que se nota lo mucho que me gusta Mauro, ¿No?— A lo último susurró.

Levanté una ceja.

—¿En serio?

—Sí, me encanta. Bueno… hay un detalle… él repitió cuarto y tiene dieciocho.

Abrí los ojos como platos.

—¿¡Qué!?

—¡Ya sé que no es el mejor candidato pero es muy lindo y muy bueno!

—¡Pero es más grande que vos, Ámbar! ¡Tendría que estar en quinto por terminar la secundaria!

—¡Ya sé, ya sé! Pero es solo un año, enano, por favor no te pongas la gorra, entendeme.

Bufé y miré hacia un costado con las manos en mi cadera.

—Ey… es lindo… es muy lindo.— Dijo ella con una pícara sonrisa. (que asco)