One shoots Litiago

143- Miedo -143

—Bueno, a ver, sí, lo admito: me gustas, y bastante, pero sería muy rápido ser… ya sabes, algo oficial.— Dije acostado y tapándome con la sábana. Tenía mucha vergüenza, dos dimos el primer beso con Tiago después de una banda de vueltas, y fue mi primer beso con un hombre. Ni siquiera sé que soy.

—Sí, Lit. Pienso igual, lo mejor es que empecemos de a poco, y… como dicen en las películas, nos descubramos. Seamos algo, un algo sin oficializar, y en secreto. Obvio.

Lo miré. —¿Descubrirnos?

—Claro, nos conocemos mucho y todo eso, pero no en el sentido amoroso. ¿Entendés lo que te digo?

Mierda. Que miedo.

—Eeh… vayamos de a poco… despacio… ¿Sí? Corte… nada de otras cosas que no sean besos… por ahora… ¿Sí? Vos tenés más experiencia, pero yo soy nuevo y tengo un cagaso tremendo. Sueno re virgen, no soy virgen, pero… vos entendés, ¿No? Ay, que vergüenza.— Volví a taparme la cara.

Él rió y se acercó a mí.

—Confia gato, yo también tengo miedo, nunca estuve con un hombre. Que sea bisexual no significa que haya tenido novio, simplemente no me cierro a intentarlo. Y acá estoy, intentándolo. Vamos a ir despacio, al ritmo que queramos, y no tengas vergüenza conmigo, salamín, soy tu mejor amigo, nunca voy a dejar de ser eso. No importa lo que pase.

Lo miré y sonreí. —Gracias gato.

—De nada, chucky.— Se acercó y me dió un beso muy chiquito.

Puse mi mano en su cachete y le di otro beso.

Concha, me encantan sus labios.

Dormimos juntos. DORMIMOS.

Y después desayunamos con los chicos, pero yo no podía dejar de mirar lo hermoso que es, y mis ganas de besarlo eran demasiadas.

—¿Y vos? Estás muy callado.— Dijo Enzo.

Me puse nervioso y probablemente si ponían dos tomates frente a mis cachetes, no se diferencian.

—Nada, ¿Por?

—Ni hablas, boludo.— Me dijo Thomas.

—Bueno, es que…— No se me ocurría ninguna excusa.

—Durmió con tu mamá, Rusherking. Un poco de respeto…— Dijo Tiago.

—Claro, es eso.— Dije y reí.

Gracias Tiago te amo mi amor.

Un rato después, el casco que habla y yo nos quedamos solos en la cocina.

—Eu… ¿Querés que vayamos a algún lado?— Dijo después de tomar un trago de su taza.

—Eeeeh… Estaría cheto… ¿A dónde?— Respondí con el corazón a mil.

—Al cine, o a comer…

—O a las dos.— Sonreí.

Rió. —Salió una peli, todo el mundo dice que es malísima, pero… no les creo nada.

—¿Esa de terror?— Pregunté.

Asintió. —Sí, pero…

—No, no, no, no, no, ni en pedo.— Me bajé de la banqueta y caminé hacia él mientras hablaba.

—Nooo pero Lit, no da miedo, dicen que parece de risa…— Dijo para arreglarla.

Lo miré serio. —¿Tengo cara de boludo?

Se rió. —No, tenés cara de hermoso, porfi, miremos esa.

—Pero sabes que soy re cagón, boludo. Me dan miedo las películas de terror y más en el cine.