130- hermanastros (2da versión) -130

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A parte de cambiar los roles de pasivo y activo, va a tener otra historia probablemente menos "family friendly".

No se esperen la gran cosa jeje.

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Llegó mi "nueva familia".

Mi mamá se volvió a poner de novia con un chabón que ni siquiera conozco, tuvimos una charla en la que ella me contaba eso, pero no fue muy pacífica que digamos.

—Hijo, ¿podemos hablar.— dijo Verónica, mi mamá, pasando por la puerta de mi pieza.

Me saqué los auriculares y me moví en mi silla giratoria hacia ella.

—Sí ma, decime.

Se apoyó en el marco de la puerta y suspiró.

—¿Viste que te conté que estoy de novia?

Asentí sacando de mi cabeza el pensamiento que todos tenemos en este momento.

—Bueno, yo sé que por ahí no te guste esta noticia, pero él y su hijo van a venir a vivir acá.

—¿¡Por qué!?

—Porque están en un mal momento y el dueño del departamento donde están, los echó y bueno… yo le ofrecí que vengan acá, ¡Somos dos! Hay lugar de sobra Tiago.

—¡Pero ni siquiera te importa mi opinión!— Me puse de pie.

—¡Por algo te estoy contando!

—¡No es lo mismo! Ni siquiera te importa si me molesta que dos extraños se vengan a vivir con nosotros, me lo decís cómo un hecho. Soy tu hijo, no tu sirviente que no me incumbe quién entra o sale.

—Tenés razón hijo pero…— Suspiró. —Están… están viniendo para acá.

—¿¡Qué!?

Ella dió pasos y se acercó a mí.

—Sí, perdoname por no haber pensado antes pero… estoy muy enamorada hijo, no te das una idea de lo bueno que es Mariano, él me cuida, él me quiere y se nota. Te juro que es re buena persona y te va a agradar que venga acá. Y el hijo… es un poco seco, pero estoy segura de que van a entrar en confianza y van a poder quererse como hermanos.

Negué serio.

—No me pidas que lo quiera, puedo fingir que no me quiero ir a la mierda, pero ¿Quererlos? No.

Me negué: no tengo ganas de pasar por esto.

Llegaron y yo estaba merendando en la mesa.

—Hola mi amor, que alegría verte.— Le dijo ella abrazándolo.

—Hola Vero. Lo mismo digo hermosa.

Se dieron un beso y entraron, atrás entró el pibe y bueno…

Bastante fachero, más alto que yo, o casi igual… No, más alto. El pelo teñido de rojo, nunca imaginé que la cabeza roja le quedaría bien a un pibe. Ojos verdes bastantes resaltantes, una nariz increíblemente perfecta con un piercing… no voy a opinar de sus labios. Unos tatuajes que le quedaban demasiado bien, me pregunto que significan. Y bueno, la verdad que bastante fachero. Eso sí, tenía una cara de orto, una pinta de mala onda y peleador tremenda.

Entró, saludó a mi mamá y yo me puse de pie para saludarlos, y sentí que él me observó de pies a cabeza como si fuera un cuadro, pero no sacó su cara de orto.

One shoots LitiagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora