CAPÍTULO 19

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Había pasado una semana y media y todo marchaba con normalidad

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Había pasado una semana y media y todo marchaba con normalidad. La rutina de ambos era la misma. Akira y Misaky habían intercambiado un par de mensajes, pero la relación seguía muy distante y ella temía que se mantuviera así para siempre. Respiró hondo mientras en su interior deseaba que su amistad volviera a ser la de antes, tomó su bolso y salió para la editorial.

—¡Llegas tarde! —le reclamó Hanna.

—Lo lamento, he tenido un inconveniente.

—Esta bien, te lo dejaré pasar, siempre eres muy puntual, pero que no se repita — expresó la jefa mientras se ponía de pie y buscaba unos papeles —ten, necesito que envíes estos documentos a las librerías donde estamos asociados, para renovar el contrato. Tiene que ser enviado por e-mail.

—Perfecto, ¿tendrá estos mismos documentos en los archivos de la computadora?

—No, debes pasarlos tú. Eres escritora, no creo tengas problema con eso ¿no? —dijo la mujer mientras la miraba fijamente. Akira negó —excelente, debes enviarlos hoy mismo y también necesito la corrección del libro "El caminante" para esta noche.

—Pero Hanna, no voy a llegar a hacer todo esto hoy. Ni he llegado a la mitad de la corrección de ese libro.

—Sin excusas, es tu trabajo, si tienes que hacer horas extras, no es mi problema. Ah y necesito que me traigas mi americano, no hice tiempo en comprarlo —respondió la jefa mientras entraba a su oficina.

<<Ojalá y te lleve el diablo>> susurró Akira enfadada. Resopló y salió por el café para su jefa. Mientras esperaba el mismo, un mensaje llegó a su casilla. Lo leyó atenta, descubriendo que Seonghwa la invitaba a salir. 

Agarró la bebida toda emocionada, anhelando que el momento de su cita

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Agarró la bebida toda emocionada, anhelando que el momento de su cita. Llegó a la editorial y le entregó el café a su jefa, quien le dijo que ya no lo quería y que fuera por agua. Akira respiró hondo, intentando calmar sus ganas de querer tirarle el café en la cara, sonrió, agachó la cabeza y fue a buscarle su agua. Cuando finalmente dejó contenta a su jefa, volvió a su oficina y se puso manos a la obra, tenía que terminar con todo ese trabajo lo más rápido posible.

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