CAPÍTULO 31

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La manager del grupo había dado unas directivas que los chicos debían seguir para que esa noticia no llegara a manos del jefe de la empresa

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La manager del grupo había dado unas directivas que los chicos debían seguir para que esa noticia no llegara a manos del jefe de la empresa. Hongjoong puso en marcha su barco y dividió las tareas que debía hacer su tripulación.

—Haremos lo siguiente —comentó —Seonghwa tiene una casa a las afueras de Seúl, una parte de nosotros ira allí y la otra parte lo buscará en la casa de Akira. No quiero suponer cosas, pero esa niña siempre aparece cuando hay problemas.

—¡Yo iré a la casa de Akira! —exclamó Mingi, levantando su mano.

—Lo acompañaré —agregó Yunho para que su compañero no quedara tan obvio.

—Bien... —respondió el líder —Wooyoung, Yeosang y Jongho irán a la casa de Seonghwa —yo me quedaré aquí esperando que aparezca San —ordenó.

De esa manera, los miembros de la tripulación se dividieron y zarparon a las misiones asignadas. Hongjoong caminaba de un lado al otro preocupado, sabía que San estaba bien, él había respondido sus llamadas y había explicado el motivo de su desaparición, pero Seonghwa no daba señales de vida. El recuerdo de las llamadas venía a su memoria, luego de que el idol le colgara la segunda llamada, el teléfono lo mandaba a la contestadora y eso le parecía muy extraño. Temía lo peor. Hongjoong y Seonghwa eran mejores amigos y siempre se habían contado y apoyado en absolutamente todo, pero ese día el líder sintió que parte de su mejor amigo se había hundido en el fondo del océano y ya no era el mismo que antes. Le aterraba que sus exigencias como líder del barco lo hayan hecho más frío y cerrado con él. Esperaba ansioso la respuesta de alguno de sus compañeros, anunciándole que su mejor amigo estaba bien.

—¡Mingi no sea tan impulsivo! —le reclamó Yunho, quien conducía el auto —Hongjoong mencionó la casa de Akira y tu brincaste como loco de tu asiento para anunciar que irías allí ¿quieres que se enteren de lo que sientes por ella?

—No, todavía no es momento que se enteren. Si ,fui medio impulsivo, pero no quería que otro ocupara mi lugar.

—Bueno... tranquilízate la próxima vez. Sabes que te apoyo, pero no te vuelvas loco —agregó su compañero mientras esperaba que el semáforo se pusiera en verde.

El otro grupo conducía a las afueras de Seúl en busca de su hyung, Yeosang manejaba mientras los otros dos hacían de copiloto. No conocían la casa de Seonghwa, por lo que su única guía era el GPS.

—Creo que Hongjoong tendría que haber venido con nosotros, él si conoce su casa ¿y si nos perdemos? —comentó Jongho.

—Yo también la conozco, la visité una vez —dijo Yeosang —pero fue hace mucho tiempo, espero mi memoria no me falle esta vez.

Mientras los dos se concentraban en manejar y dirigir, Wooyoung que iba en el asiento de atrás le mandaba un par de mensajes a su hyung, mensajes que no le llegaban, pero tenía que asegurarse que él supiera que iban para allá, en el caso remoto de que la feliz pareja se encontrara allí.

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