CAPÍTULO 32

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Hwa se destacaba por ser un gatito muy travieso y pocas veces le hacía caso a su dueña

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Hwa se destacaba por ser un gatito muy travieso y pocas veces le hacía caso a su dueña. Esa mañana Akira despertó con un regalo muy especial sobre su cama, Hwa comenzó a maullar y molestarla con su pequeña patita para que ella despertara.

—¡Hwa! No molestes, es fin de semana, quiero dormir un poco más —le dijo ella, pero el gatito seguía insistiendo.

Akira abrazó fuerte su almohada intentando que su pequeña mascota no interrumpiera su sueño, pero Hwa estaba determinado a despertarla.

—¡Ya... esta bien! Me levantaré —dijo molesta cuando sintió algo en la cama. Se sentó espantada, descubriendo que su gatito le había traído una cucaracha. Dio un salto de la cama y se alejó de ella completamente aterrada —¡Hwa! ¿por qué me traes estos regalos? Siempre te dejo la ventana cerrada —exclamó ella anhelando que aquel insecto estuviera muerto. Pronto, descubrió que no y la cucaracha comenzó a volar por la habitación.

Akira corrió espantada y se escondió en el baño, mientras su gatito intentaba volver a cazarla <<ahora que voy a hacer, moriré sola encerrada en mi baño>> pensó.

—¡Hwa! Atrapa esa cucaracha —exclamó entre abriendo la puerta del baño. El gatito saltaba para todos lados mientras seguía el movimiento del insecto.

De pronto, el timbre del departamento de Akira sonó.

—¡Esta abierto! —gritó ella —¡pasé! —no tenía intenciones de salir del baño hasta que ese insecto desapareciera.

—¿Akira? —preguntó Mingi mientras se quitaba los zapatos.

<<Lo que me faltaba>> pensó al oír su voz.

—¡Estoy arriba! —gritó ella.

—Te esperaré aquí abajo —exclamó el idol cerca de las escaleras.

—¡No bajaré! Hay una cucaracha en la habitación... no bajaré hasta que ese insecto desaparezca —gritó.

—¡Subiré y te ayudaré! —exclamó el idol aun sabiendo que era muy posible que termine igual o más asustado que Akira.

Mingi abrió la puerta de la habitación y vio todo lo que sucedía en ella Hwa estaba trepado en la cama intentando atrapar a la cucaracha que corría por la pared, un escalofrío recorrió el cuerpo del idol, y Akira encerrada en el baño.

—Puedes salir del baño... la cucaracha está lejos de ti —le sugirió Mingi acercándose a la puerta del baño.

—¿Estás seguro? —respondió ella asomando su cabeza por el pequeño espacio que tenía abierto de la puerta. —es una cucaracha voladora, en cualquier momento puede volver a volar.

—¡Espera! —exclamó el idol mientras se ponía en cuclillas y se cubría la cabeza ya que el insecto había empezado a volar.

Pasaron unos segundos así, cada uno en un rincón aterrado por ese insecto volador, de pronto Mingi observó como el mismo se metía debajo de la cama y Hwa con su patita intentaba alcanzarlo.

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