Capitulo 7

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– ¡Espera! ¡Ya estoy bien! – comentó itadori levantando ambos brazos.–, Además, los tres acabamos bastante golpeados, deberíamos ir a un hospital.

Apreté los dientes, no sabia si realmente era itadori, ¿que tal si es una trampa para que nos confiemos? No es tan preferible esa opción, ¿que deberíamos hacer?.

Mire a fushiguro y el ya me estaba mirando, tenía el rostro de duda y confusión.

–¿Cual es la situación? – preguntó una voz que podía reconocer a kilómetros. Nos volteamos a ver.
– ¡Gojo-sensei! – solté un suspiro aliviada, ahora me alegraba, que siempre aparezca en momentos tan oportunos.
– ¿Gojo-sensei? ¿Que hace aquí? – preguntó megumi
– Buenas, no tenía previsto venir, pero los dejaron hechos polvos. – una leve sonrisa burlona se dibujo en su rostro, traia una bolsa en su costado. Alce una ceja. – Unas fotos para los de segundo.

Nos sacó fotos con flash de distintas maneras. Coloque mi mano sobre mis ojos tapandolos un poco, el flash era algo fastidioso para mis ojos.

– Vamos, miren. ¿Por qué no se abrazan, para darle mas ternura a las fotos? – preguntó gojo su sonrisa estaba demasiado amplia, divertiendose de la situación. Ganándose una mala mirada de parte de nosotros. – Los peces gordos estaban inquietos con el objeto maldito especial desaparecido, así que vine tras hacer algo de turismo. ¿Y bien? ¿Lo encontraron?

Bajamos la mirada, la situación era algo complicada de explicar...

– Este... Perdón, pero me lo comí. – respondió itadori levantando una de su manos y la otra se apuntó a si mismo.
– ¿En serio? – cuestiono gojo con la mirada encima de itadori.
– En serio – afirmamos los tres al unísono. Gojo se acercó a itadori y lo analizó por unos segundos para luego soltar una risa.
– Es cierto, se fusionaron. Que gracioso – exclamo gojo con una sonrisa y se alejo de itadori. –¿Sientes el cuerpo raro?

Mientras tanto, nosotros veíamos todo desde atrás. Estaba exhausta, quería mi dulce cama para dormir una eternidad.

– Para nada. – contestó moviendo su cuerpo.
– ¿Puedes hacer salir a sukuna? –preguntó gojo.
– ¿Sukuna? – se cuestiono itadori sin saber.
– La maldición que te comiste. – respondió gojo con sus manos en los bolsillo del pantalón.
– Ah, si. Tal vez pueda. – asintio itadori con una mano sobre su cintura desnuda.
– Danos diez segundos. Regresa cuando hayan pasado. – ordenó gojo, estirando sus piernas de un lado a otro.
– Pero... – murmuro itadori pero fue rápidamente interrumpido por gojo.
– Tranquilo, soy el mas fuerte. Megumi, sostén esto. – gojo lanzó la bolsa hacia fushiguro.
– ¿Y esto? – pregunte agachandome para ver qué traia, lo mas posible eran sus dulces.
– Kikufuku de kikusuian, la sabrosa especialidad de sendai, recomiendo el de edamane con crema. – respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

¿Comprando recuerdos?... Mientras sus "preciados" alumnos arriesgando su vida. Gojo es algo imposible..

– No son recuerdos. – aclaro gojo al ver nuestra caras de desaprobación. – me los comeré en el tren cuando vuelva a casa.

Sukuna, había saltado y venía con la intención de matar a gojo.

– ¡Detrás! – grito megumi alertando a gojo. Pero el seguía hablando.
– Los Kikufuku son los mejores que cualquier... – el sonido de estrellarse contra el edificio, resonó por todo el lugar, un gran humareda de polvo lleno el lugar que nos encontrábamos.

Fushiguro había cerrado los ojos un momento, en cuanto los abrió, vio que miyuki miraba al frente sin saber que hacer, tenía unos centímetros de su rostro, la cara de sukuna.

Me tomó por sorpresa, tenía el rostro de sukuna a tales centímetros del mío, su mirada es tan escalofriante. Se encontraba en cuatro, con gojo arriba sentado en su trasero. Megumi me miraba y luego de un par de segundos me apartó hacia atrás.

Bella Nieve | Megumi Fushiguro x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora