Capitulo 33

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Ese era la otra maldicion que enfrento a Gojo-sensei. Miyuki lo recuerda perfectamente por simplemente el dibujo. El es un problema. Su presencia abrumada a todos los que estaban en el lugar.

– Ahora bien.. - estiró su brazo dejando caer las cenizas de Dagon. Y giro su cabeza observándolos.

Una palmada se escucho, Jogo tocó el estómago de Nanami de manera veloz. Apenas pudo Nanami reaccionar al toque dado

– Primero.

Una gran flama se avesimo en Nanami, quemandole gran parte de cuerpo.

Miyuki no pudo evitar sentir rabia, desenvaino su katana. – Nana..

Jogo se aproximaba hacia ambas chicas, Maki se percató, no lo pensó demasiado para decidirse entre ella y la albina.

Miyuki no pudo terminar su llamado al sentir el empujón de Maki hacia ella. Se estrelló contra el gran ventanal, cayendo hacia afuera del edificio.

Un corto y rápido recuerdo se atravesó por su mente.

— Maki-san. Sabes, te respeto completamente, alguien en especial mantenía casi el mismo objetivo. Tengo la fe en que lo lograrás. — comentó Miyuki de manera repentinamente, caminaban lentamente luego de un largo entrenamiento.

—¿Asi? Me parece bien. — Miyuki observó cómo Maki mantenía una breve sonrisa, contagiosa, también sonrio de oreja a oreja.

...

– ¡No regreses! – Grito Maki, sabía lo impulsiva que era la albina, si era necesario regresaría para combatir con la maldición.

La mirada de Miyuki se centro en cómo era quemada por una gran llama luego de un solo segundo después de caer. Apretó los dientes con frustración, una presión se instaló en su pecho y lo conocía perfectamente. Estuvo apuntó de estamparse contra el suelo, si no fuera que comenzó a flotar y tocó la planta de sus zapatos contra el suelo, su katana en mano.

Estuvo apuntó de guardarla si no fuera por que sintió que algo se acercaba detrás de ella, reaccionó antes de tiempo y logro darle un corte con ella.

– Bien, eres rápida. Mocosa. – hablo una voz desconocía para los oídos de Miyuki, traia un parche negro en uno de sus ojos. Cabello negro corto y una sonrisa distintiva. Si le fuera conocido, lo recordaría por su sonrisa escalofriante.

¿Quien demonios era? No estaba de buena, sea quien sea se encarga rápidamente para ver el estado de sus senpais, cuáles no debería ser el mejor, después de ser rostisados.

– ¿Quien eres? – preguntó la ojiamarillos de manera seria.
– Tu enemigo, ¿no ves? – respondió de manera sarcástica.

Miyuki sonrio falsamente sin gracia, miró de reojo a los lados buscando con la mirada al azabache. No debería estar tan lejos. Su vista la regresó al frente pero, fue demasiado tarde.

– No te distraigas. – susurró a unos centímetros del rostro de Miyuki. Sin deshacer su sonrisa burlona.

¿Cuando?.. Se detuvo a pensar Miyuki pero volvió al mundo, en cuánto sintió su mejilla arder, sus pies dejaron de tocar el suelo, su cuerpo impacto contra el edificio, cual había salido hace unos momentos.

– ¿Que? Eres una decepción.. Por lo que dijo ese tipo, pensé en lo peor. – dejó salir una amarga risa, dejó caer su mano sobre su cintura. – Tendré que ir por el Azabache ese, o el recipiente de sukuna. – Su otra mano la atrajo a su mentón, de manera pensativa.

La albina hecha furia, en primer lugar. La hacía subestimado. Segundo. Quería lastimar a su amigos. Tercero. Es un obstáculo para ir tras la maldición. Y cuarto. A simple vista se notaba fuerte, otro problema, pero a toda costa lo mataría si era necesario.

Bella Nieve | Megumi Fushiguro x Reader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora