El Heredero de la casa Black [Traducción]

Capítulo 6: El nacimiento de un prodigio

1 de agosto de 1958 (viernes)

NACE POR FIN EL HEREDERO BLACK

por Sclandora Gosp

Nacimiento de Turais Orion Black tras un embarazo complicado

La tan esperada nueva incorporación a la ilustre familia de los Black fue confirmada por Lord Arcturus Sirius Black a última hora de la noche de ayer. Turais Orion Black, varón, nació el 31 de julio tras lo que se creía un embarazo difícil para Walburga Black. Numerosos sanadores privados han sido vistos entrando y saliendo del 12 de Grimmauld Place, la casa ancestral de los Black, durante los últimos nueve meses debido a las complicaciones rumoreadas...

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Los crepusculares rayos del sol de la madrugada se filtraban a través de las cortinas corridas hasta el dormitorio, iluminando tenuemente la cama y a su despierto ocupante.

Harry se agito ligeramente, sintiendo la comoda tela de lino que lo rodeaba. Abrió los ojos lentamente y vio un techo alto pintado de blanco con una lámpara de gas antigua y ornamentada instalada en el centro. Desvió la mirada hacia la pared que había junto a la cama y observó que estaba cubierta por un intrincado papel pintado con motivos esmeralda y dorados. Al observarlo más de cerca, se dio cuenta de que las líneas doradas eran, de hecho, ilustraciones de serpientes. Al otro lado de la cama había un escritorio de madera que daba a la única ventana de la habitación. Al mirar hacia la pared del fondo, Harry vio una puerta con un pomo dorado en forma de serpiente. Junto a ella había un armario, una estantería llena de libros de cuentos y un gran baúl de madera.

La habitación le resultó familiar a Harry, pero había algo en ella que la hacía claramente diferente.

Con cautela, Harry levantó su manta de otro tono de verde y miró el pijama de seda plateada que lo vestía. Se puso las zapatillas que había junto a la cama, se levantó sobre el suelo enmoquetado y recorrió el amplio dormitorio. Cuando llegó a la puerta, apretó el oído contra la superficie de madera. Aparte del leve ruido de las cacerolas y sartenes, la casa parecía estar vacía de otros ruidos.

Echó otro vistazo alrededor de la habitación, y nada revelaba la personalidad de su ocupante. La mirada de Harry se posó entonces en el gran cofre de madera con un gran candado en la parte delantera aparentemente sin cerradura. Pasando el dedo por la fría superficie metálica, Harry se preguntaba cómo abriría el candado cuando se oyó un clic al abrirse la tapa del cofre. Alarmado, Harry dio un salto hacia atrás y buscó su varita para darse cuenta de que no la llevaba encima ni en ninguna parte de la habitación.

Harry esperó unos segundos y se aseguró de que nada iba a atacarle antes de arriesgarse a echar un vistazo al interior del cofre. Sin embargo, todo lo que pudo ver eran objetos ordinarios e inofensivos. Había algunas plumas de juguete, muñecos de peluche, un juego de ajedrez, una Snitch ociosa, una lámpara de estrella y una escoba de juguete.

Parecía el típico baúl que se encuentra en la habitación de un niño de una familia de magos.

Harry cogió la escoba de juguete. Sin embargo, en cuanto sus dedos rozaron la madera pulida, recuerdos extraños empezaron a inundar su mente...

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Harry se encontró flotando a medio metro por encima del suelo enmoquetado de una habitación que reconoció inmediatamente como la sala de estar de Grimmauld Place. Sin embargo, a diferencia de la versión lúgubre y polvorienta a la que estaba acostumbrado, este espacio era luminoso, limpio y vibrante de vida. Intentó mirar a su alrededor en busca de pistas sobre por qué estaba aquí, pero enseguida se dio cuenta de que no controlaba sus acciones, ya que su vista se centraba únicamente en la Snitch que revoloteaba frente a él.