El Heredero de la casa Black [Traducción]

Capítulo 11: El primer ascenso

16 de agosto de 1969 (sábado)

¡LEACH ESTÁ FUERA, JENKINS DA UN PASO ADELANTE!

por Andy Smudgeley

Afligido por una misteriosa enfermedad durante meses, el ministro nacido de muggles renuncia

 
Después de asumir el cargo de Ministro de Magia durante los últimos seis años, el primer Ministro nacido de muggles ha anunciado oficialmente su renuncia, citando que su salud en deterioro le ha impedido seguir desempeñando el papel de su cargo. Será sucedido por Eugenia Jenkins como Ministra interina por el resto de su mandato hasta la próxima elección ministerial dentro de dos años.

Desde marzo pasado, la salud del Ministro Leach ha estado bajo un intenso escrutinio. El último evento público en el que se le vio con plena salud fue el baile Malfoy de marzo...

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Era el primer fin de semana del curso escolar y Turais por fin tenía tiempo para buscar el primer objeto que destruiría a Voldemort de una vez por todas. Por eso, se encontraba de pie, en silencio, frente al tapiz de Bernabé el Barbilampiño enseñando ballet a los trolls.

"Necesito un lugar donde esconder cosas. Necesito un lugar donde esconder cosas. Necesito un lugar donde esconder cosas".

Turais se concentró en su petición y en su tercera pasada frente a la pared en blanco, la tan esperada puerta por fin se materializó.

Turais abrió la puerta y vio montañas y montañas de objetos ocultos y olvidados en la Sala de las Cosas Ocultas. Turais se abrió paso a través del laberinto de objetos variados, estrujándose la cabeza para recordar dónde había escondido una vez el libro de pociones de Severus Snape. Turais buscó aparentemente durante horas y horas antes de llegar por fin al busto astillado de un viejo y feo hechicero, y una vieja tiara descolorida que había cerca llamó su atención.

La diadema perdida de Rowena Ravenclaw.

Tan firme como pudo sobre su cuerpo, que temblaba de expectación y excitación, apuntó con la varita a la diadema mientras concentraba toda su magia en el hechizo y murmuraba "Geminio".

La Diadema tembló mientras una réplica brotaba lentamente y se separaba en dos copias exactas, una con el Horrocrux y la otra sin él. Turais examinó de cerca su obra. Satisfecho de que la apariencia era impecable, sustituyó la Diadema real por su copia falsa y volvió a esconder la caja.

Tomando ejemplo del engaño de Regulus Black en la línea temporal original con el medallón de Slytherin, Turais decidió que no había razón para que Voldemort sospechara que alguien conocía sus Horrocruxes, y mucho menos dónde los escondía. Así que Turais confiaba en que la falsa diadema no sería tocada, ya que Voldemort nunca se atrevería a volver, especialmente cuando Dumbledore era el Director. Este era uno de los únicos Horrocruxes que Turais podía desactivar sin levantar sospechas por ahora.

Con cuidado, Turais levantó la Diadema con su varita físicamente con la Diadema en equilibrio sobre ella y la llevó a un espacio relativamente despejado de la habitación. La colocó en el suelo y conjuró el encantamiento de escudo más potente que pudiera resistir Fiendfyre, y vio que una esfera azul brillante se enroscaba formando un capullo de energía protectora alrededor del objeto.

Confiado en que el escudo estaba completo, Turais se concentró en invocar el Fiendfyre y dirigió su hechizo para que se formara dentro de la barrera traslúcida que giraba sin cesar. Un calor hirviente le recorrió el brazo desde el núcleo mágico mientras un caótico remolino de llamas aparecía en el interior del escudo. Gotas de sudor empezaron a acumularse en sus cejas por el calor y el esfuerzo mágico mientras el fuego se retorcía y giraba de forma impredecible. También se veían serpientes y quimeras en miniatura. Cada vez que las llamas desafiaban al escudo, Turais sentía como si le dieran un puñetazo en el estómago. Se aferró a su magia para salvar la vida mientras el fuego sensible luchaba contra sus ataduras. Sólo tenía una cosa en mente: el escudo debía resistir...