Flower Art

6. Esclavitud.

— Creo que deberíamos de obligarla ¿Qué dicen ustedes? — sugirió Julia al mismo tiempo que todas miraban atentamente a Margot quien tenía las manos sostenidas de sus omóplatos con los ojos cerrados.

— Yo digo que lo que sea que tiene nos los dirá en cualquier momento— esta vez en hablar fue Marcela, la miraba de manera dulce.

— Seré la protagonista de la obra de Ivette— soltó, abriendo los ojos observando la reacción de cada una, Rebeka, Julia y Marcela pestañearon varias veces mientras que Alejandra y Nohelia abrieron la boca sorprendidas.

— ¿Ivette Lambert? — preguntó Alejandra con curiosidad.

— ¿Conoces otra Ivette? — Rebeka comentó con sarcasmo— ¿Es uno de tus dones actuar?

La ojiazul suspiró y negó con la cabeza

— ¿Entonces? ¿Cómo ella llegó a elegirte? — todas parecían curiosas de su respuesta

— No lo tomes a mal, conejito — murmuró Alejandra inclinándose hacia Margot—. Dicen que Ivette Lambert es muy...perfeccionista y selectiva en cuanto a elegir las personas que actuaran en una obra y...que tomara a la nueva no es cosa que ella haga todo el tiempo.

— Pero, por algo la eligió— intercedió la morena. Rebeka tomó la mano de la ojiazul y la apretó dándole a saber que la apoyaba.

Marcaban la una y cincuenta cuando Margot tomó su mochila y se despidió de las chicas, quienes le desearon suerte. El nerviosismo que sentía en ese momento se desbordaba por todo su cuerpo. Era como si supiera que su juicio final se acercaba con cada paso que daba. Tomó tres respiraciones profundas cuando traspasó aquella puerta y se encontró con gente en la tarima, yendo de un lugar a otro con ropa y objetos encima, mientras otros leían en voz alta, lo más posible, sus líneas.

Su ansiedad aumentaba ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿A quién podía preguntar? En todo caso, se culpaba a sí misma por dar rienda suelta a su curiosidad. De no ser así, no estaría pasando por todas estas cosas.

— Aquí estas — una voz interrumpió sus pensamientos, al darse cuenta de quien se trataba, tragó saliva suplicando que no tuviera mala cara. Se giró encima de sus talones y dio un saltito cuando se encontró cara a cara con la ojos grises, estaban muy cerca por lo tanto retrocedió —. Estaba esperándote.

— Llegué puntual — comentó con nerviosismo lo que provocó una sonrisa ladeada por parte de Ivette.

— Eso dice mucho de ti. Vamos — pasó por su lado dirigiéndose hacia la tarima, cuando llegaron todos fijaron sus ojos sobre la chica y su acompañante—. Hoy les quiero presentar a Margot Rousseau, será la protagonista de esta obra, para muchos que quieran decir que no puede por x o y razón, que quede claro que no me interesa ni el más pequeño comentario.

Todos asintieron y volvieron a lo suyo, una sonrisa pequeña fue inevitable ocultarla cuando Margot se sintió "protegida" al lado de Ivette.

— Ojitos lindos — la castaña cerró los ojos con fuerza, tanta paz era extraño—. Pero mira, este era el último lugar que pensé que te encontraría.

— Eva no empieces — espetó Ivette de brazos cruzados—. Ella está en algo y déjala que se concentre — se volteó hacia Margot y le tendió unos papeles —. Trata de memorizarte esto e intenta meterte en el papel, no pretendo que seas la mejor actriz solo quiero que lo imites de la manera más natural posible.

Ivette le hablaba con calma y dulzura, algo inquietante para Margot ya que desde que la conocía, o sea apenas ayer, siempre la trataba con frialdad y distancia. La ojos grisáceos tomó a la otra de sus hombros y la alejó de allí. La obra se ambientaba en el siglo XVII y era sobre una granjera que toda su vida ha estado dia y noche trabajando, que sus padres nunca fueron justos con ella cuando de tareas se refería, en esos tiempos no era bien visto que las mujeres hicieran fuerza ya que se decía que era el sexo débil, por tales maltratos ella se dirige a Reino Unido donde conoce a un empresario el cual se enamora de ella perdidamente pero esto no era correspondido en el momento. Margot quería seguir leyendo pero no había más que espacios blancos, era lo único que le habían dado.