Ivette Lambert.
El liquido purpura se movía ligeramente dentro de mi copa por consecuencia del movimiento de mi mano. Mi vista estaba fija en un punto de aquella habitación a la vez que mi oído se agudizaba y escuchaba los suaves pasos de mi compañía.
— ¿Ella esta bien?
— ¿Podría estarlo?— solté una sutil risa irónica— ¿Cuando sucederá?
— Hoy se emitirá la orden de captura.
— Vale— suspiré al sentir como una sensación de caída me habitaba—. Ava no se ha hecho notar ni nada ¿que tan seguro que cederán tan fácil?
— Ava primero que todo cederá, pero eso no significa que no haya ideado planes. Segundo, Ivette...tus abuelos ya no están en la edad para pelear. Saben que no hay vuelta atrás para lo que se viene.
Mi mente magistraba maneras de estar atenta a cada movimiento que seguramente daría su abuela más que todo. En su cabeza todavía no cabía la posibilidad de que Ava se quedara de brazos cruzados y solo se entregará.
Hoy era el día, el día del juicio final.
Tarde o temprano todos pagarían el precio por sus actos. Bueno o malo todo se devuelve.
— ¿Que pasará de ahora en adelante?
Pregunté con algo de inseguridad ¿Que sería de mi familia? ¿Que sería de la empresa con tal escándalo?
— Ivette...— sentí su mano pesada caer en mi hombro —. Te nombraron como principal dueña y presidenta de Lutetia. Todo estará bien, sabes como actuar ante los focos y la atención, pero sobre todo la crítica. Lo que se viene será un golpe duro para la empresa pero sobre todo también para Margot.
Ante la mención de mi ojiazul, me giré y lo mire interrogante. El pecho de Leopold se alzó y presionó el tabique de su nariz con sus dedos.
— Tus abuelos son personas muy reconocidas en Francia, el juicio no será del todo privado. El nombre de Margot resonará, todos los periodistas no se molestarán en perseguirla buscando una declaración por parte de ella.
— Tengo que evitar que pase eso — dije con frustración.
— Así quieras no podrás.
— Si podré, si tengo que contratar nuevamente a Franccesco, lo haré.
— ¿Quien es Franccesco?
— El guardespaldas, el que contraté anteriormente justo para la seguridad de Margot.
Terminé mi copa y la dejé sobre el orillo de la pared del balcón. Caminé hacia el interior de la casa, busqué con la mirada mi bolso y al encontrarlo lo colgué en mi hombro.
— ¿Que harás ahora? — el tono preocupado de Leopold era evidente.
— Prepararme para lo que se avecina. En cuanto arresten a mis abuelos, todo el caos comenzará.
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Apagué la maquina, sintiendo mis músculos tensarse ante el agotamiento físico que tuve. Mientras me secaba el sudor de mi rostro y veía los autos pasar con urgencia tras las calles solo un pensamiento pasaba por mi mente. Margot.
— De tu cabeza saldrá humo de tanto que piensas.
Rodé los ojos al escuchar la odiosa voz de mi rival de hace años. Giré y le dediqué media sonrisa. Rebeka siempre fue reluciente, llamaría la atención de cualquiera que la llegara a ver. Pero sin duda alguna, su mejor amiga fue la que me conquistó desde el primer segundo.
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Flower Art
RomanceMargot amaba el arte. Ivette amaba las flores. Margot tenía heridas que curar. Ivette se negaba a tenerlas. Una prefería no tener la atención de los demás, la otra lo tenía sin quererlo, solo por ser la nieta de la directora y dueña del internado. M...