Luigi escuchó la alarma de Mario y como solía hacer, se levantó para ver a su hermano ya listo para salir.
-¿Vas al castillo?
- Sí, hoy tendré una cita con Peach ¿Necesitas que traiga algo?-. Preguntó Mario arreglándose la camisa frente al espejo mientras Luigi se levantaba.
- No, nada. ¿Vendrás a almorzar?-. Preguntó un poco ilusionado por escuchar una respuesta afirmativa, pero claro que no sería el caso.
- No creo, hermano. Estaré fuera hasta las 8 o 9 de la noche, de todas formas no me esperes despierto-. Le respondió Mario logrando poner un poco triste al chico de polera verde que ahora se dirigía al baño, estaba por entrar cuando escuchó nuevamente la voz de su hermano.
- Luigi ¿Estás seguro que no necesitas nada? Con Peach iremos de viaje por unos días y sabes prefiero dejarte cosas en la casa, el supermercado queda muy lejos y...
- Mario, estaré bien. Tengo 22, ya no soy un niño. Ve tranquilo a tu cita, nos vemos mañana-. Le dijo Luigi calmado y dándole una sonrisa al mayor, dejándolo tranquilo. Se despidieron una última vez, Luigi entró al baño y Mario se fue a su cita.
El día de Luigi fue tranquilo y un poco aburrido, luego de desayunar decidió ver la tele un momento y estaba por comenzar a hacerse el almuerzo cuando escuchó por las noticias la voz de su hermano.
- bueno, lo estuve pensando bastante y lo llegué a tomar como tema con la princesa por mucho tiempo, hasta que me decidí -. Decía Mario sonriendo
- Te casarías con la princesa-. Afirmó la entrevistadora.
- Así es, estaba seguro de que quería casarme con ella y solo faltaba esperar a que ella también quisiera lo mismo. Como podrán ver, todo salió bien y es lo que más me alegra de saber-. Hablaba Mario ahora mirando hacia un lado con una sonrisa, la cámara apuntó donde miraba el fontanero y se veía cómo la princesa Peach le mostraba sus dedos a algunos toads con felicidad.
Luigi decidió apagar el televisor, otra vez tenía ese dolor en el pecho, trató de ignorarlo y se dispuso a realizar el almuerzo, pero su mente lo traicionó. Terminó con lagrimas en las mejillas mientras detenía su acción de revolver los fideos, por su mente pasaban tantas cosas, tantas palabras y tantas preguntas que no podía responder. Sin ánimos apagó el fuego para sentarse en el sofa y recostarse un momento, entre suspiros se durmió para despertar cuando ya era de noche. Miró la hora por el reloj colgado en su sala, 21:35, eran más de las 9 y su hermano todavía no llegaba. Luigi se levantó con cansancio, se puso una chaqueta y salió de la casa, caminaba por el bosque sin un rumbo fijo, solo quería sentir la brisa fría y dejar que el viento se llevara todo signo de dolor que tuviera.
Siempre era igual. Siempre era el que quedaba segundo. Él solo era la sombra de Mario. Él no era importante, no debía vivir.No lo necesitaban.
Al pensar en eso, rápidamente abrió los ojos y se dió cuenta que estaba en el arrollo, justo en la esquina donde bajaba el agua y donde no tocabas piso hasta bajar 5 metros en profundidad. Miró un momento el agua con miedo y se alejó. Miró a los lados como si quisiera confirmar que estaba solo cuando claramente lo estaba. Nadie vendría a dar un paseo en medio del bosque a esas horas de la noche y menos con el frío que hacía, nadie en su sano juicio haría eso.
- ¿Q.... qué estaba por hacer?-. Se preguntó a si mismo mientras miraba sus manos, su dolor y tristeza pasaron a ser rabia. Cerró los puños, se levantó con el ceño fruncido y vió unas rocas, las cuales tomó para acercarse a la orilla del arrollo.
-¡Esto es por mentirme!-. Gritó Luigi tirando la primera piedra.
-¡Esto es por dejarme solo!-. Volvió a gritar mientras tiraba otra roca.
-¡Esto por dejarme vivir!-. Volvió a lanzar la última roca pequeña que tenía, miró a su alrededor y tomó la roca grande para quedarse en la orilla mientras sentía las lágrimas caer por sus mejillas.
-¡Y ESTO ES PORQUE SOY UN INSERVIBLE!-. Exclamó fuertemente Luigi dejando caer la gran roca al agua de abajo, respiró agitado por la fuerza usada y volvió a caminar lejos de la orilla para ahora sentarse bajo un árbol .
- Soy un idiota, solo debería desaparecer y ya, pero ni siquiera eso puedo hacer bien. Mario, necesitaba tu ayuda-. Dijo Luigi mirando al cielo mientras sollozaba. Estaba por volver a levantarse cuando escuchó el sonido de una rama romperse, cosa que lo alarmó.
Luigi miró asustado a donde provenía el sonido, tomó una roca mediana para alzarla y habló.
-Te...¡Tengo un arma, muéstrate!-. Dijo Luigi mirando por el lugar donde sonó la rama y esperando a la persona responsable del sonido.
Entre uno de los arbustos salió el ser que ocasionó el ruido, Luigi con miedo al ver quien era dejó caer la roca y comenzó a hacerse hacia atrás, sin darse cuenta llegó a la orilla del arrollo.
- ¡Espera! ¡Te vas a caer!
-¡A... Aléjate, Bowser! ¡¿Qué es lo que quieres?!-. Habló Luigi deteniendo su paso justo a tiempo, Bowser le miró preocupado y volvió a hablar.
- E... escuché gritos mientras venía de vuelta de mis compras, no quiero hacerte daño.
-¡¿ Porqué debería creerte?!-. Preguntó alterado Luigi mirando hacía atrás y viendo lo cerca que estaba de la orilla nuevamente, a punto de caer.
-¡T... Te escuché¡ Escuché cuando hablaste y cuando gritaste, solo acércate para conversar-. Dijo Bowser acercándose lentamente al hombre de bigotes y chaqueta verde.
Luigi volvió a retroceder dando con la orilla del lugar, Bowser volvió a detenerse y le miró asustado, preocupado.
- Yo también estuve en tu situación, verdecito. También me sentí solo, a veces lo sigo sintiendo, pero esta no es la solución ¿Si? Realmente no estas solo, hay personas que te aman y te adoran.
-¡Mientes! ¡Nombra una! - gritó Luigi molesto cerrando sus puños para volver a dejar caer lagrimas - solo una.
- Daisy, Mario, Junior y hasta debo admitir que yo también te admiro-. Dijo el hombre tortuga sentándose con calma bajo el árbol.
- ¿Junior? ¿Tu hijo?-. Preguntó con curiosidad
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La imagen de portada posiblemente cambie (la anterior la tuve que cambiar por pedido de los artistas originales ^^)
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Eres Importante -Bowuigi
Fiksi PenggemarCuándo algo malo ocurría, Luigi siempre acudía a su hermano y este solía ayudarle con su problema, pero desde que Mario empezó a fijarse más en la princesa, Luigi dejo de pedirle ayuda. Una sola noticia fue suficiente para saber que él ya no debía e...