22.- Atrapados

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—aprovechemos que los niños están dormidos– Tanjiro le susurró a Nezuko al oído

Nezuko lo miró con las mejillas sonrojadas ante las caricias que el pelirrojo había comenzado a proporcionarle, ambos estaban en la cocina, ella había ido por un vaso de agua y al parecer Tanjiro la había sentido levantarse pues ella apenas había terminado de servírselo cuando su hermano ya la tenía acorralada besando su cuello

Ella se volteó suspirando y rodeando el cuello del mayor en un abrazo, pronto ambos se encontraron en un apasionado y profundo beso haciendo que Nezuko gimiera por lo bajo por eso y por las caricias de Tanjiro ahora directamente bajo la pijama

Tanjiro iba a comenzar a subirle la blusa que usaba de pijama cuando algo los interrumpió asustándolos

La luz se prendió

Ambos se separaron sorprendidos y con latidos furiosos en el corazón, no por la calentura si no por él susto, voltearon a ver el motivo de aquello pálidos encontrando a nada más y nada menos que a Ichiro, su primogénito y mayor de sus seis hijos

—¡Perdón!— su hijo se agachó a modo de disculpa extremadamente nervioso y pálido, lo único que resaltaban eran sus mejillas rojas, casi del mismo rojo que su cabello heredado por Tanjiro, las cuales eran bastante notorias gracias a lo blanco de su piel, eso junto con la palidez extrema que lo hizo parecer más blanco que Nezuko hizo creer a ambos padres que de verdad iba a desmayarse

Iban a intentar a acercarse para socorrerlo si ese era el caso pero antes de que pudieran hacer algo su hijo desapareció por la puerta de la cocina casi corriendo con dirección a su cuarto

Ambos se quedaron en silencio

—c-creo que lo mejor es ir a dormir...

—si...



















A la mañana siguiente todo fue normal con la única excepción de su hijo mayor quien los miraba algo avergonzado

Desayunaron tranquilamente entre pláticas con sus hijos mayores y atendiendo a los dos bebés de la casa quienes habían despertado bastante activos y hambrientos, pronto se llegó el momento donde la mayoría había terminado de desayunar y después de haber lavado sus platos se retiraron hacia la sala o sus habitaciones para hacer sus deberes escolares, el único que se había quedado al último era el mayor de todos los hermanos quien ese fin de semana tenía que encargarse de limpiar el comedor

Tanjiro fue el primero en acercarse con Nezuko detrás quien sostenía a la bebé más pequeña de apenas seis meses dormitando entre sus brazos

—oye hijo— Tanjiro habló sin saber por dónde empezar, por un momento la idea de decirle que no era lo que parecía pasó por la cabeza de él y de Nezuko pero bueno, era bastante tonto decirle eso, el niño iba a cumplir catorce años pronto y en la escuela ya le habían dado "esa" charla, además sus clases de ciencias detallaban todo el proceso de reproducción, era obvio que no podrían decirle "oye, es que tu mamá tenía algo en los labios y solo me acerqué a retirárselo" o algo por el estilo, menos cuando los había visto manoseándose y por poco le había quitado la blusa a Nezuko

—está bien

—¿eh?

—no tienen porqué hablar de eso— desvío la mirada sonrojado —solo no quiero pensar en eso

—lo siento– dijo Tanjiro apenado mirando a Nezuko en iguales condiciones

—ya te dije, esta bien, no es como si no supiéramos de dónde venimos cada uno de nosotros, es solo que nunca esperé bueno... verlos dándose algo más que un beso simple o algo así— habló rápidamente sonrojado —solo olvidémoslo ¿si?

One Shots Tanjine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora