23.- Eternamente juntos

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Nezuko despertó con un sentimiento de calidez envolviendo todo su cuerpo, podía sentirlo, la cálida brisa recorriendo sus mejillas y los cálidos rayos del sol de media tarde iluminándola por completo, abrió los ojos de poco en poco intentando recordar que era lo que había pasado antes de llegar ahí, tanteó en su mano un pequeño frasco de vidrio pero no encontró nada similar

Oh...

Tanteó lo que estaba debajo de ella deleitándose con la suave textura de la fina arena bajo sus dedos, si ponía atención y salía del aturdimiento que la situación naturalmente le había provocado podía centrarse en el sonido de las olas llegando armoniosamente a lo que parecía ser la orilla

¿Estaba en la playa?

Bueno, sabía que no era la playa, pero al menos eso parecía

Se tomó un par de segundos más para hacer cualquier intento de levantarse, después, poco a poco lo hizo

Miró el paisaje a su alrededor, era hermoso

La arena casi blanca y tan fina que hacía cosquillas sus pies descalzos, el agua del mar tan cristalina en la orilla y reflejando un precioso azul celeste si mirabas más allá y por último el sol del atardecer que a pesar de esforzarse en dar la mayor luz que podía, no le molestaba para nada, al contrario, la hacía sentirse...

La hacía sentirse bien

Después se admiró a sí misma, estaba descalza, tenía lo que parecía ser un bonito vestido veraniego blanco y de mangas descubiertas, en sus tobillos habían un par de aros de perlas e igual en sus muñecas, un par de hermosos brazaletes con las perlas más blancas que alguna vez había visto

Se tocó el cuello sorprendiéndose de algo, además de lo que parecía ser un collar del mismo estilo de los brazaletes aún podía sentir las pequeñas líneas elevadas que recorrían desde el inicio de su mandíbula hasta el término de su cuello, eso la sorprendió, de todo lo que hubiese esperado de ese viaje, no pensó que conservaría eso

Ella sabía lo que había pasado, pero aún así, sorprendentemente estaba tranquila

Se quedó admirando el atardecer unos momentos más, no tenía mucha noción del tiempo que estaba pasando, solo sabía que no sentía prisa ni angustia, al contrario, todo era...

Tranquilidad

Ella sabía que podría quedarse aún más tiempo admirando ese hermoso paisaje, no tenía realmente algo que la presionara para dejarlo pero también sabía que tenía que caminar para encontrarse con él así que comenzó

Comenzó con pasos cortos, tranquilos y armoniosos disfrutando de la cálida y acolchonada arena en sus pies, la sensación era divina

Caminó durante un rato a pasos lentos mirando con una pequeña sonrisa todo, disfrutando de la sensación única que había estado presente en ella desde que llegó ahí

Siguió caminando sin apuración, ella sabía que no tenía manera de saberlo pero aún así su corazón y su mente la guiaban con un rumbo específico

No supo cuánto tiempo estuvo caminando, tampoco lo contó, lo único que supo es que ante ella comenzó a erguirse la silueta de un pequeño muelle al lado de un árbol, sonrió, si ponía más atención se podía notar la silueta de un chico vestido de dos prendas, short y una playera, igual de blancas que su vestido, él también estaba descalzo

Entonces su corazón se lo dijo, era a quien ella estaba buscando

Se acercó más, entonces cuando estuvo a unos cortos pasos de poder subir al muelle el chico que había estado sentado en la sombra del árbol sobre el pequeño muelle abrió los ojos sonriéndole

One Shots Tanjine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora