One Shots Tanjine

48.- Placer de una noche

Nezuko miró el sol del atardecer haciendo brillar todo en tonos naranjas y dorados

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro al notar la bonita vista que eso hacía desde su ventana, después de eso regresó al tocador que tenía en su cuarto y se sentó frente al espejo buscando algo específico, una vez lo encontró se dio un último vistazo y comenzó a maquillarse

A diferencia de lo usualmente visto en esa profesión, Nezuko prefería no ser tan extravagante, así que solo se puso algo de polvo, máscara de pestañas y un labial rosa que hacía ver sus labios bastante bonitos, sonrió al verse y finalmente se peinó el cabello dejándolo suelto, tan solo amarrándose un mechón con un pequeño lazo rosa que era bastante distintivo en ella

Después de eso volteó a ver su armario donde tenía varios vestidos que usaba en "esas" ocasiones, buscó entre lo que había un momento y después su sonrisa se extendió al notar un vestido negro de tirantes con escote, lo sacó y lo puso sobre la cama, después buscó en el cajón de su ropa interior y finalmente sacó un conjunto rojo oscuro de maya y encaje bastante provocativo, finalmente se lo puso y tras darle la última mirada al vestido también se vistió con ese

Se miró al espejo, se veía bastante bien, demasiado sensual a decir verdad

Extendió otra sonrisa y esperó a que oscureciera tan solo un poco más, merendó algo y cuando fue el momento salió de su casa con un rumbo en específico

Estando ahí sola miró las estrellas, sin poder evitarlo un suspiro cansado salió de sus labios e inconscientemente una de sus manos viajó hacia su vientre acariciándolo, tan sólo un momento después dejó de hacerlo en cuanto notó eso frunciendo el ceño y decidió concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera eso y siguió su camino

Caminó entre las calles bajo la atenta mirada de algunos hombres, un par de silbidos y finalmente llegó a donde quería, una esquina que tenía una pequeña banca donde se sentó y se cruzó de piernas

El vestido que apenas le cubría los muslos se subió mucho más con eso dejando ver casi en su totalidad sus largas y tersas piernas tan sólo cubiertas por unos tacones en sus pies

Ahora solo quedaba esperar

El primer cliente que llegó fue un hombre de aspecto descuidado, algo alto y bastante llenito, pero un olor extraño y visible falta de higiene era algo notorio en él, por su profesión estaba acostumbrada a ver todo tipo de cuerpos y sinceramente le daba igual como lucían, pero cuando los hombres no cuidaban la parte de la higiene personal llegaba a tener cierta aversión hacia ellos

Además ella sabía lo que era, y clientes no faltaban así que a veces se podía dar el lujo de rechazar a quien quisiera

—¿cuánto cobras por la noche?— preguntó el hombre con voz ronca —espero que des buen sexo

Y otros corrían solos

Aquel tipo simplemente paso de largo maldiciendo en voz baja cuando ella le dijo el precio de pasar la noche con el

Después de eso otro más había pasado y había sido la misma reacción, a pesar de que este nuevo cliente se veía limpio y hasta cierto punto atractivo, en cuanto le dijo el precio de tener sexo con él se fue

No sabía si eran tacaños o de verdad no tenían dinero

Bueno, ella no era una prostituta barata después de todo, sabía que era hermosa, entonces cobraba una tarifa alta por un par de horas de sexo y una aún más alta por pasar la noche completa con ellos

Y el barrio donde ella se encontraba era uno bastante fino, uno que sabía que habitaban personas con dinero así que solo era cuestión de esperar a alguien que si pudiera pagarla