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Capítulo 5: Dos almas conectadas

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*Despierta* *Despierta*

Ash se despertó sin querer despertar, para sus estándares, las siete de la mañana era aún bastante temprano por lo que terminó rompiendo su despertador un día más. Sin embargo su amigo no estaba para bromas, hoy era el día más importante desde que regresaron al pasado, el día en el que comenzaban su aventura pokémon para corregir todos los errores que cometieron, por eso no podían llegar igual de tarde que la primera vez. 

Pichu se acercó al rostro de su amigo y lo intentó despertar mediante suaves caricias con sus mejillas, sin embargo, al ver que esto no inmutaba a Ash, sino que más bien lo utilizó como un peluche, decidió usar su último, pero favorito, recurso. Liberó una gran cantidad de energía eléctrica que despertó por completo al Azabache, quien no miró con buenos ojos la acción pero que terminó por ser efectiva.

Mientras preparaba todas sus cosas, porque obviamente la noche anterior no lo hizo, pensó en todo lo que había pasado en los más recientes años desde que logró regresar al pasado. A pesar de no tener la certeza de hacer todo de manera correcta, al menos logró conseguir el apoyo de los campeones de Johto, Hoenn y Sinnoh, además que pronto le regresaría sus recuerdos a Gary.

Sin embargo no era lo único que había logrado pues, finalmente, había dominado todos los aspectos que había estado entrenando sin parar. Mew tenía razón en todo, los cambios físicos se hicieron más notorios mientras fue creciendo, además ahora era bastante inteligente y, lo más importante, se convirtió en un verdadero Maestro del Aura.

Sin embargo el comienzo de una aventura siempre significaba el fin de otra y es que, después de haber pasado junto a él varios años de vida, era el momento en el que Mew tendría que marcharse para seguir con su camino, como siempre debió ser. Ash no quería decirlo pero se había encariñado con el pequeño gato de actitud infantil y le dolería bastante su partida.

Ash: "Mew, ahora que acabamos con el entrenamiento, supongo que te irás"

Mew salió de la cajonera que utilizaba como cama, se frotó con fuerza sus ojos para despertar correctamente y comenzó a sobrevolar las cabezas de Ash y a Pichu mientras empezaba a reírse. Él también se había encariñado con ambos y tenía la excusa perfecta hacerlo.

Mew: "¿Bromeas?, no me perdería tu viaje por nada del mundo, Arceus me encargó tu cuidado y que mejor que tenerte cerca para hacer mi trabajo".

Ash asintió feliz, no por tener un pokémon legendario en su equipo, sino porque eso significaba que aún no tendría que despedirse de su amigo, pese a que en algún momento tendría que hacerlo. Estaba seguro que aún con todas sus bromas, su actitud infantil y sus ganas de avergonzarle en los peores momentos, los tres vivirían grandes emociones y cosas increíbles.

Ash: "Bien, prepárense para vivir experiencias inolvidables" 

Pichu: "Oye amigo, ¿Quieres ver algo increíble?"

Ash miró a su pequeño compañero con curiosidad por lo que tenía que enseñar. El pequeño pokémon empezó a brillar, aumentando así su tamaño y cambiando un poco su forma hasta estar en su forma evolucionada. Hoy dejaba atrás ser un Pichu debilucho para ser el Pikachu que siempre fue, aquél capaz de derrotar a cualquier pokémon que se le pusiera en frente.

I'll protect youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora