XXI

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Capítulo 21: Familia

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Las cosas habían ido tranquilas estos últimos días. El pequeño grupo se unió como nunca pensaron hacerlo, en una extraña relación de amistad-cariño. El más pequeño del grupo, el cual dijo que se llamaba Tommy, estaba casi siempre pegado a Leaf, viendo en ella la figura materna que ha perdido en dos ocasiones, y las pocas veces que estuvo separado de ella fue para jugar con Duplica.

Duplica era un caso extraño, Ash había sido consciente de las pequeñas señales de alarma en la chica. La peli-azul parecía estar siempre sonriente, positiva y, en algunas ocasiones, hasta indiferente de la presencia de los otros chicos. Sin embargo el azabache se dio cuenta que esto no era cien por ciento cierto. 

Cada una de estas mañanas Duplica se despertó más temprano que ellos y fue a su habitación para asegurarse que no se habían marchado. Ash lo sabía, gracias a su tiempo en guerra sus instintos lo mantenían alerta, incluso cuando estaba dormido. Gracias a poder sentir el Aura esto se había intensificado pues ahora podía saber con mayor precisión si alguien se encontraba cercano a su cuerpo.

También se dio cuenta del breve cambio de emociones en ciertas conversaciones, sobretodo en las que estaban implícitas las posibilidades de marcharse pronto. Era solo por un breve momento en el que el rostro de Duplica se entristecía para luego hacer como si no estuviera pasando nada pero Ash había aprendido a fijarse en estos pequeños detalles y no pasó desapercibido para él.

Estaba preocupado por la chica, no por otra cosa que ver en ella a una versión anterior de él. Durante el tiempo que habían pasado en la mansión se dio cuenta que nunca había otra persona. No es que sus padres estuvieran trabajando hasta tarde y llegaran a casa muy por la noche, es que directamente sus padres nunca aparecían. 

Ash comprendía el sentimiento de soledad de la chica. Él mismo lo había sentido en su anterior vida. Nunca conoció a su padre, y nunca pensó en poder conocerlo algún día; por lo que su madre tuvo que hacerse cargo de llevar el pan a su hogar. Esto provocó que Ash creciera, en cierto sentido, sin nadie a su alrededor. Era cierto que tenía amigos en el pueblo y pasaba gran parte del día jugando junto a ellos pero al momento de despedirse siempre le entraba una amarga sensación de soledad.

Duplica debía estar pasando por esa misma sensación cada vez que piensa que, un día de estos, sus nuevos «amigos» ya no estarán más con ella.

Ash se secó el sudor de su frente fruto del arduo trabajo realizado. Una de las tantas cosas que debía hacer antes de seguir con su camino era arreglar los destrozos que habían causado en la propiedad y, por fin, después de algunos días de trabajo finalmente el techo fue reparado con éxito. 

Bajó del lugar y entró nuevamente a la casa, con eso listo solo debían esperar a estar completamente recargados para partir. Apenas unos metros delante de la puerta Leaf lo estaba esperando, con una mirada melancólica. Ash sabía que eso no era normal en la chica normalmente alegre por lo que se apresuró a llegar con ella para aclarar las cosas.

Ash: "¿Leaf, estás bien?"

La castaña le dio una pequeña sonrisa, una que alivió un poco el corazón de Ash, ahora entendía que no se trataba de un asunto personal, y que probablemente tenía que ver con los dos chicos ausentes.

Leaf: "¿Puedes acompañarme por un momento?"

Ash asintió y caminaron en silencio durante un momento hasta la puerta de una de las tantas habitaciones del recinto. Leaf le indicó que actuara en silencio y, obedeciendo, ambos se asomaron por una pequeña abertura en ella. 

I'll protect youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora