XXXII

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Capítulo 32: Batalla de voluntades

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Ash y Leaf estaban volando a lomos de Charizard, siguiendo el rastro de Aura que había dejado Giovanni tras su escape. Pese a que estaban bastante atrasados, al menos tenían una idea de a donde se dirigía el millonario. Aunque no podía ser nada bueno si se dirigía a la Cueva Celeste, último lugar donde vieron a Mewtwo.

Después de unos minutos más de vuelo, finalmente llegaron hasta la oscura cueva y siguieron por el camino que recorrieron la última vez, aunque por suerte esta vez no se tardaron mucho tiempo pues no tuvieron que recorrer cada rincón de la mazmorra. Entraron por el pequeño pasadizo y al final de túnel vieron su mayor miedo hacerse realidad frente a sus ojos.

Justo en el momento en el que dieron un paso fuera del túnel, pudieron observar como el mafioso lanzaba una Pokeball, algo extraña por sus tonos morados, a donde Mewtwo estaba luchando contra seis pokémon al mismo tiempo y esta daba violentas sacudidas hasta que se quedó quieta en el suelo y el pequeño botón emitió una tenue luz roja que anunciaba el éxito en la captura.

Giovanni: "Veo que lograron llegar hasta acá... Deben ser más fuertes de lo que parecen."

Giovanni recogió la pokeball con calma y miró a sus dos visitantes inesperados. Ahora, con el poder que tenía en sus manos, no le preocupaba que unos adolescentes pudieran arruinar sus planes. Aún así no caería en los tópicos de confiarse y buscaría acabar con ellos de una manera rápida, al fin y al cabo necesitaba llegar a su verdadero destino, no tenía tiempo que perder.

Mewtwo salió de la masterball y, por órdenes de Giovanni, destruyó toda la cueva, enterrando a los dos entrenadores en una tumba hecha con todas las piedras que estaban cerca por la explosión que se generó. Sabiendo que ninguna persona normal podría sobrevivir a algo como eso, se marchó para poner inicio a su plan de conquistar la región.

Unos minutos después, las rocas que enterraban los cuerpos de los jóvenes se comenzaron a mover hasta que fueron cayendo una a una. Ash había tenido que actuar rápido y hacer una cúpula de Aura para evitar salir heridos o, con una peor suerte, muertos. Ayudó a levantarse a su amiga y ambos partieron nuevamente.

Siguiendo el nuevo rastro de aura, que ahora era más visible dado a toda la cantidad de energía que emanaba Mewtwo, llegaron hasta el Monte Plateado, un lugar prohibido para todos aquellos entrenadores que no tuvieran, como mínimo, ocho medallas, hayan luchado contra los Altos Mando de la región y que uno de ellos le diera la autorización para entrenar en ese lugar. En la historia reciente, solo Lance había sido capaz de obtener ese permiso y, una vez completado su entrenamiento, se convirtió en el campeón de la región.

Sin embargo había algo raro en el lugar pues, pese a ser una hora bastante razonable, no se vieron a ningún guardia montar sus turnos en los alrededores, tanto terrestres como aéreos. Aunque, sí debían adivinar el porque te esta situación, tal vez estaría relacionada con todos los ataques que se estaban llevando en la región.

Aún así, esto también fue beneficioso para ellos pues no tenían a ningún elemento de seguridad tratando de detener sus pasos y retrasándolos aún más de lo que ya estaban. Atravesaron el río al interior de la cueva de la montaña, escalaron paredes rocosas que les impedían seguir avanzando e hicieron senderismo por la parte exterior de la montaña, donde el estrecho camino estaba en un mal estado y amenazaba con derrumbarse ante el más mínimo error.

I'll protect youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora