I'll protect you

XXVII

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Capítulo 27: Mewtwo.

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El momento más importante del viaje estaba por llegar. Mientras caminaban por Ciudad Verde, ninguno de los dos entrenadores pudo estar relajado por lo que se aproximaba. La información que recibieron de parte de Blaine era esencial para ponerle fin a las ambiciones del Team Rocket, o al menos a una buena parte de ellas.

Según el líder de gimnasio de Isla Canela, él fue uno de los ayudantes del Proyecto Mewtwo. Proyecto que buscaba ser la cúspide del poder Pokémon, siendo que no habría nada que pudiera ser comparable a este. Blaine, por su puesto, no estaba del todo de acuerdo con las cosas que se hicieron para lograr dicho nivel, y aún así participó en su creación puesto que la región se encontraba sumergida en una crisis total producida por la guerra. Cualquier forma de acabar con ella era bienvenida, por muy descabellada que esta fuera.

Ahora, si bien abandonó el proyecto cuando la guerra finalizó y este no pudo llegar a ver la luz, lo cierto es que sabía que Giovanni iba a seguir con su desarrollo hasta las últimas consecuencias, por lo que mantuvo un ojo alerta por todo lo que pudiera pasar. Aunque entre sus obligaciones como líder de gimnasio y otras cosas que tenía por hacer, dejó pasar muchas cosas que en otras ocasiones no habría dejado pasar.

Sin embargo tenía la información suficiente para actuar en cuanto creyera conveniente. Y todo parecía indicar que ese momento había llegado. Mewtwo, según su información más reciente, se encontraba en los pisos inferiores del cuartel general del Team Rocket en Ciudad Verde, es decir en el Gimnasio de la ciudad. Por fortuna aún no podía utilizarse por completo sin que Giovanni perdiera el control sobre él debido, precisamente, a su poder incalculable.

Pero, si bien tenían la información necesaria para detener sus planes, aún debían crear un plan para que todo saliera de manera correcta. Afortunadamente Blaine también les ayudó con este tema y actuarían de acuerdo a, claro que modificando unas pequeñas cosas que creían convenientes. Ahora solo tenían que ir al gimnasio y procurar que todo saliera bien. Pensaron en llamar a Yellow para tener un apoyo extra, sin embargo esta no contestó las tres videollamadas que hicieron.

Estaban acostumbrados a las constantes rachas de Yellow sin contestar o comunicarse, pero incluso eso les hacía sentirse aliviados. Había una pequeña tendencia en que si no llamaba era porque estaba ocupada con cualquier cosa, mientras que siempre solía llamar cuando estaba en un apuro. Claro que siempre había excepciones, como cuando llamaba para decirles su nuevo destino o para verificar que ellos estuvieran bien.

Pero sacando todos sus pensamientos de lado llegaron al gimnasio. Cualquier otro día irían, retarían a Giovanni, ganarían su octava medalla y se irían de Ciudad Verde pensando en la Liga Pokémon. Pero hoy no. Hoy era el día de dar un golpe importante en contra del Team Rocket. Se quedaron parados unos minutos mientras se repetían mentalmente, una y otra vez, el plan. Aunque realmente no era nada difícil, pues ellos solo servirían de distracción y provocación, no querían dar ni un solo paso en falso.

Mew se metió muy bien en la gorra de Ash. Necesitaba pasar inadvertido por todos, incluyendo por todas las medidas de seguridad que Giovanni haya tomado para evitar cualquier intruso. Sabía que él era la parte esencial del plan y no estaba dispuesto a fallar. No después de haber estado entrenando durante mucho tiempo para este momento, en el que era muy probable el enfrentarse a su clon.

Leaf suspiró y empujó suavemente la gran puerta. Una pequeña alarma sonó en todo el lugar. No era tan escandalosa como para que alguien sospechara que allí se estaba escondiendo algo pero tampoco tan sutil como para evitar ser notaba por cualquier persona. En general servía bien para su propósito, el cual era alertar a Giovanni, o a quien estuviera a cargo en ese momento, de que alguien había llegado al gimnasio. Ya sea para ocultar algo en lo que estuviera trabajando o para anunciar la presencia de algún entrenador.