I'll protect you

XIV

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Capítulo 14: El Equipo Rocket
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Las cosas habían cambiado un poco desde el peculiar encuentro con Sabrina y los cambios se debían principalmente a un pokémon en particular. Desde que su orgullo se vio afectado en esa batalla, Mew le ordenó a Ash hablarle de ese extraño pokémon que parecía tan invencible. Ash le contó la historia de Mewtwo, o al menos lo poco que conocía de ella, revelando que era el clon del que el Señor Fuji habló en su visita a Pueblo Lavanda.

El saber que era un clon no hizo menos dolorosa la derrota de Mew, sino todo lo contrario. El clon no había estado usando ni la mitad de su poder y aún así no logró dañarlo severamente. Además, ¿Cómo era posible que un clon fuera más fuerte que el original?. Él había sido creado gracias al poder de Arceus, no fue hecho en un tubo de ensayo. Su mente no podía procesar que perdiera de esa forma por lo que ahora él también entrenaba junto a Ash y Leaf.

Ash le contó que llegaría el momento de enfrentarlo nuevamente en el futuro y Mew no iba a perder entonces, por su orgullo y por el bien de sus dos compañeros.

Habían pasado pocos días desde que se enfrentaron, derrotaron y salvaron al Sabrina. Ciudad Azulona no estaba lejos y estaban seguros que de apresurarse podrían llegar hoy mismo, por la noche. O al menos esos habían sido sus planes hasta antes de que un rabioso Mankey le robó la gorra a Ash y se echara a correr. En este momento habían corrido durante una hora seguida y el pokémon parecía tener 5 pulmones.

Ash no recordaba que tan difícil era tratar con Mankey, era normal, no lo tuvo en su posesión durante mucho tiempo. Dudo incluso en atraparlo, Mankey nunca le tuvo un aprecio espectacular y el haberse separado poco tiempo después no ayudó mucho en el fortalecimiento de sus lazos.

Tampoco tenía mucho espacio en su equipo, al no irse, Butterfree desestabilizó todo y ahora tenía que hacer malabares para poder entrenar a todos sin dejar a alguno de ellos rezagado. Aún así no pudo evitar sentirse culpable por no llevarlo consigo. 

Después de algunas horas de correr, finalmente lograron atraparlo y quitarle la gorra. No todo había sido tan malo después de todo, Mankey corrió por el camino que llevaba a la Ciudad por lo que toda esa corretiza sirvió para acortar tiempo.

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Ciudad Azulona era la definición perfecta de una gran Urbe. Kanto tenía una gran población repartida entre todos sus pueblos y ciudades pero, Azulona, sin duda era la metrópoli por excelencia de toda la región.

Yellow caminó entre la ciudad, había pasado ya algunos días desde que desmanteló una red de tráfico de pokémon en Ciudad Azafrán y ahora estaba investigando Azulona debido a las confesiones del Señor Fuji.

Tenía que encontrar rápido a Giovanni y pararle los pies, no podía dejar que siga haciendo esos experimentos  de los que hablaba su padre antes de que lo silenciaran. Ella nunca supo muy bien que es todo lo que pasó en el Team Rocket y cómo su padre estuvo metido en una organización como esa, sin embargo tuvo que pasar algo muy grave para abandonarla así como así, con todos los riesgos que implicaba hacerlo.

Aún así, debía admitir que se sentía bastante perdida. Su padre y ella habían estado luchando contra la organización desde hace algunos años, prácticamente estuvo entrenando desde que era una niña pequeña, y nunca se sintió tan sin dirección como ahora. No quería admitirlo porque nunca se había relacionado con personas de su franja de edad pero siempre deseó tener a alguien en quien apoyarse cuando las cosas se ponían difíciles y no cargar con todo ella sola.