II - Reencuentro

2.8K 199 77
                                    

Le dolía la cabeza en exceso y quería vomitar, y para empeorar su día, sus hermanas, sus cuñadas y su madre se habían hecho presentes en su casa a intempestuosas horas de la mañana, por lo que se vio obligado a levantarse y tomar el desayuno con ellas, a pesar de lo mucho que en aquel momento sus hermanas fueran el diablo mismo, nunca las echaría por consideración a su madre. —Te ves terrible, mi niño. -Lady Violet lo miró mientras él se servía una taza de café y la bebía tan caliente como podía. —Necesitas darte un baño, mandaré a prepararlo.

—No necesito un baño, mamá.

—Phillip mencionó que los últimos días has bebido como un cosaco. ¿Eso es cierto? -Dijo Eloise al mirarlo igual que un vagabundo.

—¿Por qué cotilleas con tu esposo, Eloise?

—Porque es divertido.

—Michael también lo mencionó, y su excelencia, el duque de Hastings. -Comentó Francesca mirando a su hermano. —Nos preocupas, Colin. Es todo, con la obra siendo un fracaso, tú volviendo a la bebida, pensamos que te haría bien ir al campo, incluso podrías venir a Escocia conmigo y Michael. Serás bien recibido en el castillo Kilmartin y podrías tener...

—Basta, demasiado que procesar. No voy a dejar Londres. Aquí está mi trabajo.

Kate miró a Sophie, ambas se mantuvieron en silencio porque pensaron casi al mismo tiempo que aquello es algo que debían resolver "Las Bridgerton" por sangre y no por matrimonio pues conocían mucho mejor a Colin. Violet tosió un poco y luego tomó una tostada de su plato para comerla. —Estás hecho un desastre, y no voy a usar palabras bonitas para disfrazarlo, hijo, así de sencillo. Y por eso, traje a todas... Quiero que te arregles y salgas y consigas una esposa. Yo creo que toda esta tristeza podrías resolverla con una familia...

—Mamá, ya no inicies de nuevo tus ataques para casarme. ¿De acuerdo? Ese tema para mí es intocable.

Todas sabían los hechos de porque el tercero de los Bridgerton se negaba a contraer matrimonio. En un resumen perfecto podrían decir que dos mujeres lo dejaron plantado en cuestiones de matrimonio y luego su reputación fue en decadencia por lo que las solteras lo consideraban un mal partido. Colin no quería hablar de eso, pero su madre y hermanas querían ayudar. Daphne vio a su madre y luego de comer algo de fruta mencionó algo para despertar nuevamente el interés. —Lord Dillmouth y sus hijas han llegado a la ciudad desde el campo. Sus primas, las Abernathy, los acompañan. Sé que una se llama Lucy, los he invitado al baile de Hastings. Debes ir, Colin.

Con esas palabras de su hermana Daphne, Colin supo lo que venía a continuación. —Qué noticia tan interesante. ¿Quieres que la publique en algún libro?

—Santo Dios.  — Daphne, la mayor de sus cuatro hermanas, más joven que él, era guapa y lista. Y también muy obstinada. Sin dejarse amedrentar por su falta de entusiasmo, sólo dejó de hablar del tema los segundos necesarios para colocarse bien un mechón de pelo y beber un poco de té. —Se las ve muy bien, en especial a lady Florence. Es una reconocida belleza.

—Seguro que sí — convino él.  —Lástima que su cerebro no sea igualmente admirado. Según escuché la chiquilla habla igual que un ratón.

Eloise y Hyacinth aguantaban la risa mientras su hermano mayor se portaba con sobrada ironía.

—La anterior Lady Crane es el claro ejemplo de lo mucho que valoras la inteligencia en una mujer — contratacó Daphne. —Marina, por si se te olvidó su nombre.

—Es más lista que lady Florence — optó por decir rápidamente. —Aunque reconozco que eso no es decir demasiado. Marina me manipuló.

La menor de la familia intervino en la conversación. —Aún no sé porque quisiste casarte con esa mujer, todos te dijeron que no, los gritos de Anthony se escucharon en todo Grosvenor Square.  — Dijo Hyacinth con un cejo en su cara de querubín fruncido con genuino asombro. Colin decidió no contestar pues los atractivos de una voluptuosa mujer no era el tema más apropiado para que un caballero lo discutiese con sus hermanas. Además, Hyacinth era la menor de todas y nunca discutía con su pequeña hermana.

VOLVER A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora