XIV - Familia Bridgerton

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Había sido una suerte que la niña no hubiera escuchado todo el jaleo que pasó en la noche ya que se quedó dormida temprano con Nancy. A la mañana se despertó para desayunar y vio a Colin golpeado. —¿Te pasó algo papá?

—Digamos que defendí el honor de una damita. -dijo guiñándole un ojo mientras se servía algo de comer. —Toda la avena, Lizzie. No solo galletas. -dijo viendo como la niña estiraba sus manitas hasta el postre. —Lo digo en serio. Tostadas también y frutas. -Terminó por servirle a la niña que estaba sentada a su lado y la hizo comer.

—¿La señorita Penélope no viene a comer?

Colin sabía que después del beso de la noche anterior no podía forzarla a verlo. Seguro que tenía mucho que pensar, y él también lo había tenido pero ya que su familia iría aquel día, necesitaba madrugar. Tomó un poco de té y miró a la niña. —Seguro está cansada. Yo voy ahora a arreglar unos papeles y tú vas a prepararte con Nancy. Quiero que te pongan un vestido bonito luego de bañarte. Hoy viene nuestra familia y los vas a conocer.

—¿En serio? -Vio la evidente emoción de la niña en sus ojos brillantes y su sonrisa. —¿A todos mis tíos?

—Y tu abuela, y seguramente también a tus primos. Tus tíos supieron anoche, Anthony y Benedict, así que hoy vendrán con todos y también iremos el sábado a Bridgerton House para la cena de cumpleaños de tu tía Kate. -Tomó una servilleta y le limpió la mejilla llena de mantequilla a la pequeña y ella sonrió. —Querías una familia de verdad ¿No es así? Tienes una.

Lizzie sonrió y asintió. —Aún falta una mamá. Podrías casarte y yo tendría hermanitos.

Colin tosió un poco y bebió más de su té antes de seguir comiendo. —Ah, pues eso es más difícil de conseguir, pero por ahora tienes una abuela muy cariñosa que va a mimarte y consentirte en exceso, muchos tíos y suficientes primos para jugar.
Los dos comieron juntos y luego cuando Colin dejó a Lizzie a cargo de la niñera se fue a cabalgar con su hermano mayor, Anthony. Los dos estaban resolviendo la situación de Elizabeth y Colin quería que la niña pronto tuviera su apellido. Si bien no borraba el modo en que fue concebida, sin duda que le daba un mejor futuro y estabilidad.
Al volver a casa con Anthony, Benedict y Gregory ya los estaban esperando en el salón. —Bueno, Benedict me ha contado todo. -soltó el menor de los Bridgerton y mirando a su hermano Colin.

—¿Desayunaron? Yo lo hice, pero tengo hambre. Puedo pedir alguna merienda en mi estudio. -no contestó, solo se llevó a los tres al lugar donde solía trabajar y se sentó en su silla. En cuestión de minutos tenía una bandeja con galletas y pasteles además de té y bebía de una taza mientras sus hermanos solo observaban. —Vamos, no me miren así.

—Está volviendo a comer igual que una bestia. Eso es bueno. Parece que Lizzie está haciendo que te recuperemos. -soltó Benedict entre risas antes de acercarse y tomar una rebanada de pastel.

—Anoche no pudieron verla, hoy debe estar con Nancy arreglándose para conocerlos a todos. Seguro la llevaron a la modista por sus nuevos vestidos, la adorarán.

Gregory hizo una mueca y negó. —Colin, hermano. No es que dude, pero ¿Cómo puedes estar seguro de que es tu hija? Benedict me contó todo pero, su madre... -Gregory tenía algo de dudas aunque Benedict si era más abierto de mente. A estas alturas, todos sabían que antes de casarse con Sophie, ella casi había sido su amante. Colin se levantó de la silla para explicarle a su hermano lo que había sucedido y que de verdad Lizzie era su hija cuando la puerta del estudio se abrió de golpe.

—¡Si soy hija suya! ¡Lo soy! ¡Papá, diles que lo soy! -Los tres hermanos de Colin se quedaron viendo a la pequeña quien los miraba con el ceño fruncido y haciendo morros mientras usaba un vestido color rosa y lazos rojos, parada en el umbral. Al verla, todos coincidieron que ella era como una copia de las niñas Bridgerton. Mismo cabello castaño, mismo ojos expresivos y el mismo tono de los de Colin, verdes intensos. —¡Si es mi padre! -Volvió a gritar y Colin comenzó a reír.

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