XXVII - Siempre

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-¿Convenientemente? -dijo mientras aún lo abrazaba. -¿A qué te refieres?

-Me refiero a que hemos esperado demasiado para hacer algo por nosotros. He viajado días para volver a ti, podríamos casarnos aquí y ahora. Aquí no necesitamos amonestaciones, ni licencias especiales. -dijo tomando las manos de Penélope. -¿Quieres casarte conmigo aquí y ahora? Yo ya no quiero esperar más...

Iba a contestar cuando Michael y Francesca entraban al salón con la niña mientras hablaban. -Nunca había visto tanto mar, tía Frannie. -la mujer sonreía mientras la llevaba de la mano y Michael la miró de reojo. -Es muy bonito.

-Y puedes venir cuando quieras.

Pero se dio cuenta de la presencia de su padre y soltó a sus tíos para correr hacía él. -¡VOLVISTE! ¡PAPÁ! -Francesca sonrió y abrazó a Michael. Colin alzó a Lizzie abrazándola y le dio un beso en la mejilla. -¡Si volviste!

-Perdón por tardar, pequeña. Lo lamento tanto, ya no volveré a separarme ni de ti ni de tu mamá, más nunca, lo prometo. -Lizzie sonrió y luego miró a Penélope.

-Tenías razón, mamá. Papá iba a volver.

-Te lo dije. ¿No es así? -Los tres estaban juntos y era lo que importaba.

-Me parece que sobramos, amor mío. -dijo Michael y Francesca asintió. -¿Vamos? -y juntos salieron del salón dejando a Penélope, Colin y Lizzie a solas. -Seguro tienen mucho que hablar.

-Se ven bonitos juntos. ¿No lo crees? Ay Michael, algún día, tú y yo tendremos un bebé y seremos como ellos tres.

-Y aunque seamos nosotros dos...

En el salón el silencio estaba reinando. Colin mantenía abrazadas a Lizzie y a Penélope. No quería soltarlas nunca. - ¿No me responderás? -preguntó Colin mirando a Penélope. -Ya estamos todos aquí.

-¿Qué cosa debe responder? -dijo Lizzie con curiosidad. -Papá, tienes que contarme todo sobre tu viaje.

-Una cosa a la vez, Lizzie. -sonrió. -Le pregunté a Penélope si quiere casarse conmigo ahora, aquí, en Escocia. Volveriamos a Londres luego de pasear un poco aquí, creo que puedo llevarlas a ver los cardos.

-¿Cardos? -rió Penélope y Lizzie no cabía en sí de felicidad.

-¡Di que sí! Por favor, ¡Señorit... Mamá! Dí que sí, solo di que sí.

Penélope comenzó a reírse y asintió. -Claro que sí. -Su risita acabó casi en el llanto y terminó por besar a Colin mientras Lizzie se tapaba los ojos con las manitos. -Sí, si quiero casarme aquí, en Escocia, contigo.

-¡Sí! ¡Entonces si voy a tener hermanos! -Colin y Penélope se quedaron mirando y Colin bajó a su hija sentándola en un sofá. -No aún, ya lo sé. Hay que esperar...

-Exacto. -contestó Penélope mientras se dejaba rodear por Colin. -Y tienes que esperar solo unos meses. -Lizzie los miró confundida y Penélope vio a Colin. -Tenemos que decirle, seré tu esposa y su madre, y ella una hermana mayor, muy pronto.

-Sí, hay que decirle. -dijo Colin con una tocesita. -Lizzie, lo que sucede es que Penélope y yo, pues... ¿Cómo se le dicen estas cosas a los niños?

-Solo inténtalo. -dijo Penélope sentándose al lado de Lizzie y le hizo señas a Colin para que se sentara del otro lado. -Hoy vamos a casarnos tu papá y yo, pero no es la única noticia.

-Eso... lo que ella quiere decir es que... los bebés tardan al menos nueve meses en nacer y es lo que debemos esperar por tu hermano o hermana. Penélope está esperando un bebé.

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