Capítulo 22: Mi niño

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Capítulo 22

Mi niño



TAESUNG

—Creo que hay algo importante que no nos has dicho —Alesha peinó el cabello de Taesung mientras hablaba.

—Hay muchas cosas que no les he dicho.

—Claramente. ¿Por qué Nora dijo que Tae era culpable de la muerte de Klaus?

Taesung volteó con rapidez hacia la magoi, sin creer lo que había escuchado.

—Así que ya sabes.

Taesung volteó ahora hacia Jaehyeon, sentía que su corazón había caído a sus pies.

—¿Qué? —si hubiese podido moverse, se acercaría a Jaehyeon, ahora solo podía quedarse acostado esperando que le quitaran los parches con hojas curativas que los curanderos le habían dado. Sus heridas estaban casi sanadas, y el dolor había pasado a ser solo una pequeña molestia— ¿A qué se refiere?

—¿Es eso cierto? —presionó Alesha— ¿Taesung literalmente lo asesina?

Jaehyeon guardó silencio, y podía ver cómo batallaba si responderle a la magoi o no. Al final, suspiró y se sentó al borde del colchón, sus colas se movían lentamente detrás de él —No es él quien le quita la vida —dejó la respuesta en el aire.

Esa frase fue suficiente para hacer a Taesung caer en cuenta. Sintió un poco de alivio, solo un poco. Lo que pasaba era el precio de ser un Kwon, de su vida.

—Pero aseguro que suceda —completó Taesung.

Jaehyeon asintió, sus orejas estaban un poco caídas. Alesha, que seguía a su lado acariciando su cabello, se tensó.

—Pero no fue su culpa. Taesung no le hizo daño —el magoi quiso sonreír al tono defensivo de Alesha y como inconscientemente se había inclinado más hacia él, como si pudiese protegerlo con su cuerpo en caso de que Jaehyeon se acercara.

Taesung sabía que Alesha lo defendería de lo que fuera, incluso si realmente se convertía en un asesino. O algo peor. Alesha movería cielo y tierra por el Kwon. Y Taesung haría lo que fuera por la Van Darte, sin dudarlo.

Aunque su vida había sido volteada patas arriba desde hace unos meses, sabía que ella siempre estaría con él, siendo su lugar caótico y seguro. Y Taesung haría todo para asegurarse que su Alesha estuviese bien.

—No fue su culpa —reiteró.

—Que no blandiera la espada no lo hace libre de sus consecuencias.

La respuesta de Jaehyeon generó una sensación extraña en su estómago. Como una especie de malestar ante el pensamiento de que Jaehyeon sintiera algo negativo hacia él.

—No esperaba decirles esto hasta que llegara el momento. Pero ya que Nora se me adelantó... —Jaehyeon se levantó de la cama y fue hasta su estantería, sacando un libro pequeño y fino con cubierta verde oscuro—. Sucede en uno de los viajes. No puedo decir mucho —el kumiho se volteó hacia Taesung, buscando confirmación. Él asintió, mientras menos supieran, menos riesgo había de alterar lo que sucedería—, pero fue de las redadas más difíciles que enfrentamos. Nos emboscaron por ambos lados, Mizhar salió herido... y Nora. Y ustedes nos llevaron ahí.

Taesung tragó duro y bajó la mirada a sus manos. Las heridas seguían curándose, y se las habían limpiado, aunque restos de tierra y su sangre habían quedado debajo de sus uñas.

Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1 - LGBT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora