Capítulo 32
Sangre bajo un cielo sin luna
ALESHA
—No me contaste nada sobre esa libreta —susurró, iba con Taesung al final del primer grupo, junto a Lyra, dos ninfas y un curandero. Todes cargaban con espejos negros para alertar al resto si hallaban algo—, ni sobre las búsquedas de Jaehyeon.
—Es parte de lo que hacemos con Tamanaco para rastrear a la criatura —el magoi pateó una rama—, probabilidades.
—Pues, dieron en el blanco —bufó, adelantándose en el camino.
El chico se estiró para tomar su mano —Lo siento.
—Se supone que nos contamos todo, Tae.
—Y te lo iba a contar, pero ayer no me sentía bien.
Alesha lo pensó un momento —¿Me vas a decir por qué?
Taesung dudó, y Alesha ya iba a retomar su camino por delante cuando respondió —Estoy sobresaturado. Todo esto —abrió un poco los brazos— es mucho.
—Te dije que no tenías que hacerlo.
—Y yo te dije que quiero hacerlo —dijo firme—. Tendré que lidiar con cosas peores en el futuro, con mi familia. Si quiero que me tomen en serio, entonces yo también tengo que hacerlo.
—Si todo esto es por tu familia-
—Es por mí —dijo a la defensiva—. Lo hago por mí.
Alesha suspiró. Podía entender sus motivos, pero no podía dejar de preocuparse por él de la noche a la mañana —Está bien.
Taesung se acercó y pegó su cabeza, de lado, a la suya —Perdón por no haberte contado.
Sus labios se curvaron en una sonrisa y por fin sintió calidez en su pecho, ¿cómo decir que no?
Enredó su brazo alrededor de los hombros de Taesung —Pasado pisado.
—Sabes, es gracioso. Literalmente has pisado el pasado.
Alesha asintió —Sí, así es.
—Sé que dirás que no, pero ¿te disculparás con Jaehyeon?
—No.
Luego de eso, pasaron horas y horas buscando sin sentido. Los grupos reportaban y decían encontrar túneles y huellas, pero que no llevaban a ninguna parte, como si en algún punto desaparecieran los rastros.
Markus cambió la dirección de su vuelo, sin previo aviso. Alesha lo llamó, pero el búho volaba con un fin aparentemente claro.
Se separó del grupo con la intención de volver rápido, convencida de que el familiar podría haberse distraído con algún otro animal.
—¿Markus, qué-
Se cortó cuando fue llevada al borde de un arroyo. El cuerpo de agua era lo suficientemente ancho y profundo como para descartar que la criatura lo atravesara, pero grande fue su sorpresa al ver uno de sus túneles empezar en un lado del arroyo y terminar en el otro.
Su familiar voló por encima y Alesha, sin pensarlo demasiado, cruzó por sobre unas piedras. Contuvo una exclamación cuando su zapato resbaló en el musgo, pero Markus la sostuvo por el cabello. Igualmente dolió, pero menos de lo que lo haría un golpe.
Siguió al búho hasta un claro. Ya era casi de noche, el cielo sin promesa de luna, y al final del claro, la magoi encontró lo que parecía ser la madriguera.
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Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1 - LGBT]
FantasyLa vida de Alesha y Taesung les decía que habían nacido para perder, hasta que la llegada de Jaehyeon les muestra que para ganar a veces deben jugar sucio, incluso si eso significa hacerlo desde otras épocas. Los magoi deberán enfrentarse a los nuev...