Capítulo 17: Segundo salto y Klaus

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Capítulo 17

Segundo salto y Klaus



⚠️TW: Descripción gráfica de violencia. Mención de pensamientos suicidas

TAESUNG

Taesung y Alesha cayeron sobre un piso de forma brusca. El magoi recibió el impacto sobre sus brazos, que quedaron temblando y con un hormigueo tal que los dejó de sentir por un momento. Alesha se golpeó contra una silla que tambaleó y sonó con un ruido seco por la habitación. Sí, necesitaba mejorar sus aterrizajes.

—Me cago en la puta —gruñó Alesha mientras batallaba con los faldones de su vestido largo, que habían quedado bajo el espaldar de la silla.

Taesung se levantó rápidamente a ayudarla —Lo siento, Al —se encogió. Su familia tenía razón en lo malo que era.

—No es tu culpa —Alesha aceptó y se levantó por fin, respiraba pesadamente y su cabello había quedado despeinado—, la silla estaba atravesada.

Donde estaban era una casa de alta clase, tenía techos altos y ornamentos de oro alrededor de las puertas y las ventanas. Según las indicaciones de Jaehyeon, era la casa de un magoi de la familia Adedeji, quienes tenían la especialidad de la magia roja. Era un aliado de confianza del grupo y los había ayudado a esconderse por unas semanas.

El aliado había salido de la ciudad por negocios unos días y el resto de los inquilinos, que parecían «invitados de suma importancia» para los humanos que ahí trabajan, debían viajar ese mismo día.

Una redada comenzaría al día siguiente, y varios Van Darte ya habían llegado a la ciudad. De hecho, como sucedió en el primer viaje, ellos llegarían justo cuando ya están siendo atacados.

Salieron del cuarto, que parecía uno en desuso con carácter de depósito y caminaron hacia la salida trasera de la casa. Taesung dirigía el camino, se había memorizado el mapa de la mansión y evitaron encontrarse con cualquier servidumbre.

Salieron a la calle, que estaba repleta de ruidos. Caminaron recto, hasta que las casas se fueron alejando y dio paso a más espacios abiertos y naturaleza. Jaehyeon y los demás estaban reunidos alrededor de una fuente, como una pequeña plaza escondida de la ciudad.

—Regresaron los dos magoi —un hombre de piel oscura y nariz prominente les señaló, debía tener unos treinta y tantos años, tal vez cuarenta, o al menos en esa edad debió quedar congelado en el tiempo al pasar al vampirismo. Él era a quien debían salvar. Mizhar. Taesung podía notar como este encuentro era de los primeros para ellos, la forma en cómo los veían y su lenguaje corporal era cerrado, desconfiado. Los miraban todavía con sospecha y recelo. Y una pizca de odio bajo todo eso.

—Bienvenidos. Ya nos informaron de la redada —el líder del clan, Klaus, les saludo con respeto y formalidad. Pero Taesung leía en su expresión que sus buenos modales iban primero, porque no había mucha simpatía en su mirada.

Aunque, sus ojos se suavizaron al mirar a Alesha. Taesung anotó eso en alguna parte de su mente para estudiarlo después.

—Algunos Van Darte se han adelantado —Taesung evitó mirar a Alesha mientras decía su apellido—, venimos para asegurar su recorrido.

—Es hora de irnos —dijo Alesha. Taesung se volteó, sorprendido de escucharla hablar. Como si no estuviera en una situación de máximo riesgo que podía costarle la vida. Pero era Alesha, claro que lo haría.

Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1 - LGBT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora