Capítulo 45: Sonata de una victoria

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Capítulo 45

Sonata de una victoria



TAESUNG

El mes de julio llegó con una sombra de pérdida sobre la academia Aeternum, pues a pesar de haber conseguido la victoria en lo que fue el campo de batalla, las secuelas perseguían a su comunidad. Hubo pérdidas, y a pesar de que Taesung agradecía con egoísmo que ninguna de las víctimas fuese alguien conocido, sentía pena por quienes aún lloraban cuando creían que no les miraban. Las últimas clases del semestre fueron canceladas y, por mínima cortesía, todes aprobaron. Taesung no sabía si así quería culminar su primer semestre.

Su familia ofreció retirarlo, dándole oportunidad de continuar sus estudios en cualquier otro lugar, o de simplemente enfocarse tiempo completo a su entrenamiento, pues tenía el inicio de sus prácticas de saltos oficiales y preparación física a la vuelta de la esquina, según elles.

Pero el magoi no quería dar la espalda a este sitio, no después de todas las experiencias que le brindó. Podía ser síndrome de Estocolmo el estar agradecido por el trauma, pues dentro de todo ese caos, llegó a la conclusión de que ahí tenía mayor presencia que en todo el espacio sagrado de los Kwon, el cual ya sería su hogar de toda la vida. Podía terminar su carrera aquí.

Bazil salió herido en batalla antes de que la criatura-experimento-Van Darte atacara al magoi, pero gracias a los ancestros ya estaba bien.

Fueron tres semanas continuas de rituales de duelo para honrar a quienes cayeron, que se ajustaban a las distintas culturas de cada especie, y en las que se dio el tiempo de recibir a los familiares para devolver pertenencias.

¿Qué pasó con la criatura? Alesha no pudo verlo, ya que estaba adentro de esa cosa cuando todo tuvo lugar, pero la explosión de su magia fue como la de una supernova violeta. Taesung creyó, con el alma en el suelo, que la bruja falleció en medio de todo el acontecimiento, para luego recuperar la vida al verla sana y salva. Afortunadamente, para todo el santo mundo, la criatura sí se vio afectada, pues lo que ocurría mientras la magia salía y salía era que iba consumiendo cada partícula de aquel ser infame, dejándolo en mucho menos que polvo, se desintegró en la energía violeta con un último chillido y finalmente murió.

Aquellas partes del cuerpo de la criatura que le fueron cortadas y arrancadas durante la batalla, inmediatamente fueron quemadas por los elementales, para evitar riesgos. Lo único que se preservó fue el último aguijón que cortó Jaehyeon, para estudiar el veneno que causó tanto daño.

Jaehyeon.

Toda la primera semana la pasó en enfermería, únicamente con permiso de visita para Nora y Tamanaco. Por lo que este le contaba, el veneno se extrajo lo mejor que se pudo y no creían que fuera a traer más problemas, o eso se esperaba. Cuando le dieron de alta, Taesung y Alesha se pasaban de vez en cuando para llevarle comida, y la magoi veía con él películas de Barbie.

Aún se recuperaba físicamente, no podía levantar mucho su brazo izquierdo y hacía algo de esfuerzo con ciertos movimientos, pero según el diagnóstico, se pondría bien.

Alesha, por su parte, no presentó ninguna secuela luego de que, bueno, se la tragaran. Solo nuevas pesadillas que agregar a la lista, al igual que Taesung, pero saldrían juntos de eso. Él se negaba a volver a ver los frascos, y con muchos ejercicios de respiración y la cálida mano de Alesha, se proponía día tras día a afrontar sus malos recuerdos sin volver atrás.

Ahora iban de camino a la oficina de Tamanaco, en compañía de Jaehyeon y Nora, para echar un ojo al aguijón.

No se sentía seguro alrededor de ella, no después de lo que le hizo, o lo que estuvo a punto de hacerle. Se privó de contarle esa parte de la historia a Alesha, algo en cómo le brillaban los ojos cuando estaba con la vampiresa le daba un sabor amargo a la idea de arruinárselo una vez más.

Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1 - LGBT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora