Capítulo 23
Adictivo
🔞Alerta🔞
ALESHA
A medida que pasaban los días, la dependencia parecía resultar más absorbente.
Nora tuvo que optar por pedir notas de sus materias a un compañero cambiaformas al que llamaba Toñito, dado que, según sus palabras, «Alesha lo manejaba peor que Jaehyeon», así que no podía dejarla por horas para ir a clases o la fiebre de Alesha era más compleja de bajar.
La magoi, por su parte, tenía que ir a su habitación a buscar notas que Lyra le dejaba en la puerta, sin que se lo pidiera. Nora no accedía a dejarla pasar la recuperación en su cuarto, así que hasta ahora su estadía se componía de hablar por mensajes con Taesung, ponerse al día con clases y ver a Nora trabajar.
—Si dejaras que nos quedaramos en mi cuarto, no tendríamos que ir todos los días a buscar los apuntes —dijo desde la mesita de centro.
Nora se encogió de hombros —No me molesta.
—A mi sí —frunció el ceño— ¿Por qué es tan difícil? Ni siquiera usas la cama, de todos modos.
Nora bajó el teléfono —el nuevo, claro— para mirarla. Estando sentada en el exacto centro de la cama, dijo —Prefiero estar en un ambiente controlado para mí. Estar en el mismo bando no significa que acepte quedarme en el terreno de una Van Darte.
—Nora, si alguna aquí fuera una amenaza para la otra, honestamente serías tú.
La otra sonrió —Eso intento, Alejandra.
—Ah, mira —fingió sorpresa—, casi lo logras.
La vampiresa rodó los ojos con la sombra de una sonrisa descansando en sus labios y regresó a su actividad. En todas las veces que salían al comedor, Nora no tomaba los suministros del banco de sangre que se tenía para vampiros, alegando que no le era lo suficientemente fresco, un día que Alesha se aventuró a preguntar y se arrepintió de haberlo hecho. De resto, solo la había visto comer postres de fresas, fresas con crema y algunas ensaladas de frutas.
Eso la llevaba a preguntarse... ¿Qué pasaría cuando necesitara alimentarse realmente?, ya casi pasaba una semana desde que se alimentó de Alesha y había un impulso, de voz ligera que crecía gradualmente, que la incitaba a ofrecerse, pero lo empujaba con todas sus fuerzas al fondo de su mente. Ese impulso la despertaba en la noche para correr a lavarse el rostro y despejarse, no se lo diría, aunque probablemente su acompañante sabía lo que la magoi intentaba posponer, pero no lo hacía notar. De todos modos, Jaehyeon le advirtió que Nora se negaría.
Tal vez, Alesha no quería que se negara.
Nora no fue una acompañante peligrosa o insoportable durante los últimos días, pensaba que prefería esto a estar en la misma posición pero con el kumiho en lugar de la vampiresa.
Nora resultó ser callada, se ensimismaba en sus cosas y no conversaban mucho más allá de lo necesario. Una parte de Alesha sintió que la otra, en algún momento, se permitió bajar la constante alta guardia que llevaba sobre ella. Y por la dependencia de sangre, Alesha pudo hacer lo mismo. Durante las noches, al despertar, Alesha encontraba a Nora observando la luna, sentada en el marco de la ventana como si el astro tuviese todas las respuestas que cualquiera buscase, y a veces quería saber qué podría pasar por su cabeza.
Si deseaba matarla mientras dormía, si extrañaba la compañía de Jaehyeon, si pensaba en Klaus.
En algunos momentos que no sentía escalofríos o malestar, que duraban más con cada día que pasaba sin que Nora bebiera de su sangre, se permitía detenerse a evaluar de forma objetiva lo que era no experimentar miedo o ansiedad estando en compañía directa con un vampiro. Se llevó una sorpresa enorme e intrigante al descubrir que era la misma sensación de normalidad de compartir habitación con cualquier otro ser que no supusiera una amenaza o peligro.
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Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1 - LGBT]
FantasyLa vida de Alesha y Taesung les decía que habían nacido para perder, hasta que la llegada de Jaehyeon les muestra que para ganar a veces deben jugar sucio, incluso si eso significa hacerlo desde otras épocas. Los magoi deberán enfrentarse a los nuev...