"Huellas De Amor"

Capítulo 38

★Jessy★

No puedo despegar mis ojos de la puerta, mientras el oficial me hace un interrogatorio. Todavía me invade el miedo al recordar el momento en que desperté y no estaba en casa.

Siento como que han pasado días desde que vi a Alex y solo han sido horas, estar atada todo un día no fue nada agradable. Tampoco saber que por mi culpa Alex estaba en peligro.

Añoro verlo, saber cómo está, abrazarlo y sentir paz, la paz que siento a su lado.

Quisiera estar a su lado ahora, y no siendo su interrogada por agentes.

— ¿Porque la secuestraron? ¿Que relación tiene usted con Alexander Grey y porque él está involucrado en todo esto? — Pregunta el oficial sin quitarme la mirada de encima.

— No tengo idea, ¡Joder! Le estoy diciendo que no se porque coña me llevaron, no lo se, — Me levanto cansada. — ¿Me ve cara de saberlo?

— ¿Que relación tiene usted con el trío fusión? — Vuelve a preguntar.

— Mi cliente no va a responder ninguna pregunta sin presencia de su abogado. — Entra un hombre alto al lado de Mariana, idéntico a ella. — Tampoco puede venir a atacarle, acaba de salir de una situación difícil ¿Que le pasa?

— Hola Jessy, ven levántate. —Mariana se acerca y toma mi mano para sacarme de allí. — Ella se va a casa con nosotros, todo lo que quiera saber pregúntele a nuestro abogado.

— Este asunto es del FBI. — Habla otro hombre entrando a la oficina del oficial. — Así que ahora mismo puede olvidarse de este caso. 

Salimos del lugar, los primeros en recibirnos es la prensa, y no hablo de dos o tres como esa vez en Madrid, ahora son montones de personas que obstaculizan el paso, mientras estamos rodeadas de escoltas.

Trato de no soltarme de Mariana mientras todos hacen preguntas al mismo tiempo, me agobio, y los escoltas no parecen saber que hacer hasta que  en un abrir y cerrar de ojos aparece Tony y nos saca de aquel tumulto de personas.

No se cómo pero Tony, sabe evadir el caos.

— ¿Están bien? — Pregunta.

— Si, solo estamos cansadas. — Contesta Mariana.

Yo solo asiento porque solo quiero que lleguemos pronto.

El transcurso fue rápido, de modo que al llegar a casa me bajé del auto y entré rápido a casa, veo Óscar con una venda en el brazo, y hay dos hombres más sentados en la sala.

— Jessy.

Óscar se levanta y me abraza.

— Óscar, ¿Que te pasó? — Me acerco y le inspecciono el brazo.

El sonríe. — Pues me la quise dar de superhéroe y me dieron un chupete.

Me río, su humor no cambia por nada del mundo.

— Al menos estás vivo. — Habla Mariana acercándose a él y abrazándolo con anhelo.

Los veo y sonrío como tonta olvidándome de lo mierda que es el mundo.

Por mucho tiempo crecí pensando que no existían personas dispuestas a dar su vida por quiénes aman, me cuestioné muchas veces, mientras veía como todo a mi alrededor se podría por gente que aparentan hacer el bien frente a las cámaras cuando en realidad solo fingen hacerlo.