Capítulo 45

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Me desperté sin habla, todo lo que podía era hablar por señas y Alex se divertía por ello, había llorado y reído demasiado y ahora mi garganta lo estaba sufriendo.

Sin embargo es lo que menos me importa ahora, ya que mi atención está puesta en aquella parte de mi cuerpo donde ahora descansa un objeto de compromiso, ya no era la chica que está con Alexander Grey, ahora soy su prometida.

Esa es una de las principales razones que más que nunca me tiene nerviosa, la segunda es la cena con su familia, que ya no es cena sino almuerzo.

Elegí un jeans blanco junto a una blusa que llega un poco más a abajo de mis senos, dejando mi abdomen libre, un poco holgada y con cuello alto, color rosa pastel. Me hice una trenza del lado derecho para que el cabello descansara al lado izquierdo de mis hombros, llegando hasta el inicio de mi jeans, mi cabello creció mucho estos últimos meses.

Me puse la pulsera del estado y junto a ella algunas pulseras que compramos Mariana y yo hace días de compra.

Observé el anillo una vez más frente al espejo. Este no era un anillo de compromiso casual, este en vez de un enorme diamante que dejaba a cualquiera ciego, este es de flores, una grande en el centro con diamantes hechos a la medida de pétalos de rosa, rosado palido casi transparente, culmina con un aro de oro envolviendo mi dedo a la perfección como si hubiera sido echo a la medida.

Por último me puse unas zapatillas de tacón bajito del mismo color de mi blusa. Coloqué mejor el anillo y me puse un poco de fragancia, sin maquillaje ostentoso, solo un poco de brillo en los labios y mascarilla de pestaña. Ya lista bajé las escaleras encontrándome con Alex saliendo de la cocina.

Me miró lentamente como grabando cada parte de mi en su memoria, abrió la boca y volvió a cerrarla, negando con una sonrisa, tomándome de la cintura.

- No se cómo es posible que todo te quede tan jodidamente bien.

Le sonreí deslizando mis manos por su pecho hasta llegar a sus hombros y meter mi mano en su pelo, que lo tenía en una cola baja.

- Tu también estás muy guapo novio. - Alex va vestido casual, suéter blanco y pantalón de vestir negro al igual que su calzado.

La risa salió de él espontáneamente dejándome anonadada, hasta su risa enamora.

Me dio un beso corto y me tomó de la mano arrastrándome con él al coche.

No hablé en todo el trayecto y Alex tampoco, solo nos mirábamos mutuamente de vez en cuando y él sujetó mi mano todo el trayecto, hasta que vi el auto aparcar frente a una enorme de puerta negra, rodeada por una pared enorme que no dejaba ver el interior, adornadas con lámparas y cámaras por cada rincón.

Esta casa está más protegida que la residencia del mismísimo presidente.

Encima de la puerta están ubicadas dos cámaras, un poco más grandes que las demás.

Alex le da un suave apretón a mi mano llamando mi atención.

- Estás muy nerviosa pequeña, si no estás listas podemos volver a casa.

Le miré a los ojos con una sonrisa, y negué.

- Creo que nunca se está listo para esta clase de situaciones. - Él sonrío llevándose mi mano a sus labios dándole un beso a mi palma abierta creando un cosquilleo que lo sentí más que íntimo. Mis mejillas se ruborizaron enseguida apartando la mirada de la suya.

Alex soltó una risa baja.

- ¿Desde cuando te sonrojas tanto? - Su voz salió divertida obviamente le encantaba verme así por él.

"Huellas De Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora