Capítulo 43

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Hay que pasar por caminos difíciles para llegar a destinos maravillosos...


La tarde completa se me pasó en el recinto, al poner un pie en la sala de actividades me arroparon enseguida todos mis hermanos, porque eso eran para mi, mi familia.

- Katty, Kenia, Kitty, Antonella, Nati, Carla. - Nombré señalándoles, para que supieran que no me había olvidado de ellas.

La más afectada dje Kitty, quien frunció las cejas reprimiendo las lagrimas con un puchero que la hacía ver... Rota. Se acercó a mi envolviéndome en sus brazos, yo hice lo mismo.

- Pensaba que nos habías olvidado. - Está vez su vos se rompió, se separó de mí y me miró con los ojos rojos. - La pasamos como la mierda, solo supimos que el estado te había abandonado y... - Un sollozo salió de sus labios temblorosos sin poder seguir hablando.

- Y pensamos lo peor, no supimos más de ti, por meses y pensamos que te habías rendido. - Continuó Antonella con lagrimas en sus mejillas. - Tratamos de continuar, te lo prometimos, pero fue imposible ser fuertes y no hundirnos en la mierda cuando se llevaron a Sol Ana, perdimos todo el apoyo.

- Nos fue trasladando, separándonos, como si por fin se hubiera desecho de vosotras y pudiera jodernos a su antojo. - Siguió Kitty. - Jessy, Marquitos ya no está, Dulce no está, - Su voz se iba destrozando junto ella. - Flor no está, Daniel no está, desde que te fuiste hemos vivido un infierno y solo. - Su llanto me hizo estremecerme con el corazón en la garganta, se dejó caer en la silla escondiendo su rostro en sus manos agarrando su cabello con fuerza. - ¡SOLO QUERÍAMOS DEJAR DE SUFRIR, DEJAR DE SENTIR!

Y mi corazón volvió a destrozarse por completo... Otra vez.

Avancé hacia ella, y la alce de los brazos para sostenerla con mi cuerpo envolviéndola con mis brazos con fuerza, llorando con ella.

- Vengan aquí mocosas. - Extendí mi brazos libre para que se acercarán logrando un abrazo grupal como si así pudiéramos reunir los pedazos de cada una destrozados por la vida.

Pude ver a la directora parada en medio del pasillo junto a unos seguridad y algunos maestros como escudo para que no pasarán.

Se había asustado al escuchar a Kitty con ataque de ansiedad, yo también me asusté. Porque ¡Joder! Esto dolía como el infierno, pero igual tenía que enfrentarlo y escucharlas.

Méndez estaba viendo la escena con tristeza eh impaciencia, lo veía en sus ojos, pero se quedó ahí, comprendiendo que si había alguien que podía levantarlas y en la que confiarían, esa era yo.

Escondí mi rostro entre el cabello de mi zanahoria, estrechándola más contra mí, mientras sentía como se iba calmando.

Pasaron horas, y horas, en las que perdí la noción del tiempo. Me contaron todo lo que pasó, llorando y riendo con ellas en cada experiencia en las que no estuve, tuve que ser fuerte, para soportar una tras otra todas las cosas que pasaron.

Una de las cosas más difíciles del ser humano es depender emocionalmente de otra persona, el sentir que si ese alguien no está, no te sientes bien no encontrás tu hogar, tu paz. Y cuando haces que la estabilidad de los demás dependan de ti, no pueden seguir solos.

Eso fue lo que paso conmigo y Sol Ana, dejamos este lugar dependiente de nosotras, y yo debía acabar con ello.

- A veces, tenemos que pasar por caminos difíciles, para llegar a destinos maravillosos. - Empecé levantando la voz para que todos me escucharan. - Se que este año a sido difícil, tanto para vosotros, como para mi. Empezar desde cero, siempre lo es difícil, pero no es imposible, todo lo que habéis logrado, las muchas luchas y las noches sin dormir, llenas de ansiedades y miedos, todo aquello habrá acabado en cuanto crucen esa puerta enorme directo al mundo.

"Huellas De Amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora