"Riendo con mis pies en tu regazo, como si fueras mi amigo. "
Melbourne, Australia.
Lena.
Sin poder evitarlo suelto una fuerte carcajada provocada por la estupidez que Max ha soltado. Muchos opinaban que Max tenía un carácter del demonio y probablemente fuera así pero no podía dejar de observar cómo se ríe intentado atrapar las palomitas que le arrojó a su boca, sin éxito alguno.
Esta ebrio, en realidad yo también estoy ebria pero estaba disfrutando mucho de la compañía del neerlandés.
Me dedicó a pasar la tarde con él ya que tanto Lando como Daniel tenían compromisos y juntas con McLaren, a las cuales obviamente no podía ir, por otro lado estaba Pierre, que tuvo que quedarse con sus ingenieros para tener el auto listo para la clasificación de mañana, ya que al parecer había tenido algunos problemas en las prácticas.
—¿Estás consciente de que no deberías estar bebiendo? — Pregunto a Max cuando veo que abre otra cerveza.
—¿Estás consciente de que me importa una mierda?
— Dame esos cinco Verstappen, eres mi ídolo. — Suelta una fuerte carcajada antes de darle el primer trago a su nueva cerveza.
— Creí que sería una de esas chicas preocupadas por impresionar a los pilotos, pero veo que te importa una mierda.
— No tengo que esforzarme en realidad, ¿Te has dado cuenta como me observan? — Una sonrisa egocéntrica se dibuja en mi rostro logrando que Max me tire una palomita directo en el rostro.
— Eres una egocéntrica.
— Solo estoy diciendo la verdad.
— No entiendo como Lando te soporta. — Su comentario provoca que le dedique una mirada ofendida.
— Pues compartimos sangre así que no le queda de otra.
No le da tiempo de soltar la tontería que seguramente estaba por decir ya que tocan la puerta. Lo miro confundida porque ya es un poco tarde para que vengan a buscarlo, así que asumo que es puede ser Lando.
— Es Charles, me dijo que estaba aburrido en su habitación.
— ¿Y Carlos? — Mi pregunta no levanta sospecha alguna de que no quiero estar en la misma habitación que Charles.
— Esta con su novia al parecer, Lena quita esa cara de culo, solo vamos a divertirnos un poco. — Murmura en voz baja evitando que Charles escuche de otro lado de la puerta.
La tarde que estaba compartiendo con Max es interrumpido por Charles en el momento que entra por aquella puerta y me observa sin sorpresa alguna dejándome claro que Max le ha dicho que me encontraba con él.
No habíamos cruzado palabra desde nuestra conversación en Arabia Saudita, donde le di el sermón de su vida, ni siquiera se habían cruzado nuestros caminos, era la primera vez que lo veía desde aquel día.
— Hola Charles, únete al club de los marginados. — Mi voz suena diferente y no entiendo porque he cambiado el tono de esta cuando con Max no era así.
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THE ONE
RomanceLena no se enamora fácil, o al menos eso creía. Dos hombres, un amor más fuerte que el otro, una amistad rota. ¿A quién elegirá?