"Tú no verás la verdad porque te besaré hasta ocultarla."
Monte-Carlo, Mónaco.
Lena.
Decir que el alcohol no me había afectado en lo absoluto seria mentira, porque empezaba a sentir como mi cuerpo no obedecía mis pensamientos, podría tocar el piso del lujoso club en el que nos encontramos si no fuera por los brazos que me sostienen evitando que suceda. Pierre no se ha alejado de mi desde que he llegado y estoy disfrutando demasiado de su compañía, las copas de alcohol van y vienen, los shots te tequila que Daniel se ha encargado de conseguir no se terminan y puedo apostar que esta buscando que olvide mi nombre.
Lando ha desaparecido hace como una hora diciendo que iría por alguien, mas no dijo por quien iría, gracias al cielo no ha bebido tanto como yo.
Escucho la risa de Max y no me sorprende ver quien lo ha hecho reír, porque Daniel se ha encargado de hacer estupidez tras estupidez haciendo que todos pasen el mejor rato.
Me siento un poco mareada pero no lo suficiente como para ponerme un alto, quería disfrutar el hecho de que tenia siglos sin divertirme de esta manera, los días se me estaban yendo demasiado rápido cuando me encontraba en Paris, sirviendo para la compañía de mi padre y realmente me sentía libre, así que tenia que disfrutar la primera noche de libertad.
— Voy al baño. — Medio grito para llamar la atención de los hombres que me rodean.
— ¿Quieres que te acompañe? — Pregunta Pierre pasando su brazo por mi cintura atrayéndome a él.
— No me voy a perder, no te preocupes.
Sonrío dejando un beso en sus labios, saben a vodka y a dulce, probablemente sea por la copa que tiene en su mano, pero disfruto tanto del sabor que vuelvo a besarlo escuchando las quejas de uno de nuestros acompañantes.
— No sean asquerosos, consíganse una habitación. — La voz de Daniel acompañada con la risa de Max provocan que levante mi dedo medio en dirección al australiano. — Tan educada como siempre la señorita.
— Cierra la boca, si no vuelvo en media hora es porque me perdí.
— ¿Quieres que uno de nosotros de acompañe?
La pregunta de Max no me sorprende porque Lando antes de irse les advirtió que si me pasaba algo ellos pagarían las consecuencias.
— Estaré bien.
Los tres me miran no muy convencidos, pero no dicen nada, por lo que me encamino a buscar el baño. Camino entre el tumulto de gente que se mueve cuando sienten que alguien está pasando entre ellos, lo cual aprecio porque en mi estado de ebriedad no tenia ganas de pedir permiso para que me dejaran pasar.
No tardo mucho en encontrar los baños y rápidamente entro, no sin antes admirar un poco el lujo del lugar, porque para ser unos baños de un club estaban demasiado lujosos.
Eso era lo que distinguía tanto a Mónaco, el lujo en todo su esplendor.
Unas chicas están tomándose fotos en los espejos, lo cual no critico porque si no estuviera un poco mareada haría lo mismo. Me ven y me dedican una leve sonrisa la cual respondo por cortesía antes de entrar en un cubículo para hacer mis necesidades.

ESTÁS LEYENDO
THE ONE
RomansaLena no se enamora fácil, o al menos eso creía. Dos hombres, un amor más fuerte que el otro, una amistad rota. ¿A quién elegirá?