TONTA APUESTA- TERCERA Y ÚLTIMA PARTE

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     El gran parque trasero era verdaderamente grande, guirnaldas, luces, música y una barra de bebidas.

     La música realmente estaba fuerte y todos bailaban de un lado a otro.

—Hermano! —exclamó un chico de cabello rizado con una camisa celeste, él inmediatamente abrazó a Blas— Pensé que no vendrías.

—Aquí me ves —respondió riendo— señoritas él es Hardin, mi hermanito —despeinándolo.

—No soy un niño.

—¿Cuántos años tienes? —preguntó Akila.

—Quince —respondió firmemente.

—Entonces sí eres un niño —dijo muy sonriente, Blas rió— por cierto soy Akila —estrechando su mano.

—Un gusto ¿Eres la conquista de mi hermano?

—No! —respondieron al unísono.

—Somos sólo... amigos —respondió Blas, ella lo acompañó asintiendo.


    Una hora después...

     ¿Qué es lo qué pudo haber sucedido en sólo una hora? sencillo, Akila se había ido con Blas, se encontraban bailando en el centro de la pista, mientras que Annipe se encontraba sentada en una silla completamente sola.

     Quería llorar, no lo había pasado nada bien en todo en día a causa de Zack y ahora se encontraba sola, vino allí para divertirse pero sólo quería irse.

     Se quitó su sombrero y lo dejó en la mesa, una de las peores ideas que se le puede ocurrir a un ser humano es ir a una fiesta donde no conoce a nadie, porque lo más probable es que tú compañía se vaya dejándote con la soledad.

     Se puso de pie dispuesta a irse, estaba cansada, harta, frustrada de todo, estaba sola, decidió que pediría un taxi y en el trayecto le avisaría a Akila que se había ido.

     Pero justo antes de salir sintió como alguien la chocó abruptamente, Annipe cayó al fango.

—Lo siento! —exclamó Hardin intentando ayudarla, pero ella se puso de pie sola.

—Genial! —exclamó apenada— Todo a mi! —y salió de allí subiéndose a un taxi.

     Para Akila: 

  Me fui a mi casa, comprendí que las fiestas no son para mi,

no conocía a nadie y estaba sola, 

no tenía sentido estar allí.

—Enviado —susurró ella y dejó caer sus lágrimas.

—¿Todo bien? —preguntó la conductora del automóvil.

—Sí, todo bien.

     Eran las doce de la noche, la pequeña mansión estaba completamente en silencio y oscuridad, oía ruidos en la parte trasera de la mansión, Asenath se encontraba sentada en su sofá, los ruidos parecían cada vez más fuertes y la noche más eterna, le pedía a Dios que nada le ocurriese, que la protegiera, las lágrimas caían por sus mejillas mientras que con una de sus manos tocaba su vientre, sabía que Daniel no se quedaría quieto al saber donde estaba y no quería preocupar a Akila, no quería involucrar a más personas.

     Su móvil sonó, era Pol, decidió no atenderlo, no podía dejar de mirar aquella parte trasera de su hogar, sonó nuevamente, era Pol de nuevo, decidió contestar, sabía que de otro modo llamaría toda la noche.

    Llamada:

—Hola Pol —contestó intentando que no se quebrara su voz.

—¿Todo está bien?, cuando vi que no me respondiste me preocupé, pensé que algo había sucedido.

—No...

—¿Segura?

—Sí... —se oye un fuerte ruido detrás de la línea.

—Asenath no me mientas, no estás bien, ¿Qué fue ese ruido? ¿Qué ocurre? 

—... —sólo se oyen sollozos.

—Asenath... mira, no sé qué es lo que ocurre, pero ya voy para tú casa.

     Fin de la llamada.

  

     Ella sólo arrojó su móvil al sofá y cubrió su rostro, sólo quería estar tranquila, quería paz.

     A los veinte minutos, el timbre sonó, junto con un— Asenath, ábreme soy Pol.

     Ésta se puso de pie y abrió la puerta, ella notó algo extraño en su rostro, acaso era ¿Preocupación? 

—Hey! —exclamó él abrazándola, ella le correspondió al abrazo, luego se separaron— ¿Qué ocurre?

—Oí ruidos en la parte trasera de la casa y me asusté, sólo eso.

—Quédate aquí —dijo abriendo la puerta trasera.

—Pol... 

—Sólo quédate ahí.

    Luego de unos segundos éste regresó con un gatito amarillo en sus brazos.

—Y eso! —exclamó ella riendo.

—Al parecer éste pequeñín es el rufián.

—Es hermoso —rascándole la garganta, éste ronroneaba, luego Pol lo regresó a la parte trasera de la casa.

—¿Pensabas qué había alguien en la casa?

—Algo así... no tenías que venir aquí.

—Ya estoy aquí.

—Lo noto.

—En verdad me preocupé cuando te oí detrás del teléfono —tomando su rostro— no llores más—limpiando sus lágrimas— no comprendo por qué no me llamaste, no importa lo que sea, yo estoy aquí, pero no vuelvas a alterarte así, no es bueno para el bebé.

—¿Por qué eres así conmigo?

—Sólo me preocupé al oírte así y vine, sólo eso, cualquiera lo hubiera hecho.

—En eso te equivocas, nadie lo hubiera hecho... gracias.

—Herma... yo... mejor de voy por donde vine... adiós... jamás estuve aquí.

—Annipe ven! —exclamó Asenath riendo por la actitud de su hermana— ¿Dónde está Akila? ¿Ebria acaso? 

—No, en la fiesta no.

—Viniste sola!

—Yo... creo que mejor me voy... adiós Asenath! —exclamó Pol saliendo del lugar.

—Respóndeme Annipe!

—Sí! Lo hice! pero fue culpa de Akila, ella se fue con Blas y me dejó sola, Odio estar sola! —sollozó encerrándose en su habitación con un fuerte portazo, en ese instante llega Anat gritando—Te odio! Oliver te odio! —subió las escaleras y dio un portazo en su habitación.

—Por favor, no escuches a tus tías, no seas como ellas, son mala influencia —susurró acariciando su vientre.

ATRAPADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora